El Ayuntamiento de Zaragoza va a iniciar un concurso público para adjudicar dos licencias de alquiler de patinetes eléctricos en la vía pública, regulando así una actividad que se inició en la ciudad en el mes de septiembre, a iniciativa de empresas del sector.
Desde entonces, la tónica ha sido la invasión de espacio peatonal tanto por patinetes eléctricos como por bicicletas. Ahora, el Ayuntamiento pretende poner coto a las dos primeras empresas en aterrizar en Zaragoza, las de los patinetes Koko y Lime.
Además de limitar a dos el número de empresas que operen con patinetes, también se va a limitar el número de patinetes que pueda haber en la vía pública, estableciendo 850 patinetes eléctricos para cada una de las dos empresas (1.700 en total) que se podrán ampliar en función de la evolución del servicio hasta un máximo de 1.700 (3.400 patinetes entre las dos empresas), siempre que el Ayuntamiento así lo determine.
El concurso público se resolverá mediante la valoración objetiva de una serie de criterios técnicos que tienen en cuenta la calidad del sistema de alquiler, el medio ambiente y la calidad del empleo. En primer lugar, se va a valorar la distribución en los barrios de los patinetes al inicio de la jornada, fomentando así que haya patinetes en zonas más alejadas del centro y que a priori podrían resultar menos rentables para estas empresas. En segundo lugar, se va a valorar que la recogida de los patinetes para su recarga se realice con vehículos con etiqueta “Cero emisiones”, para reducir así el impacto ambiental de la actividad. En tercer lugar, se tendrá en cuenta que la plantilla tenga contrato indefinido.
En cuarto lugar, se puntuará que los patinetes incluyan un sistema de “geo-fence o geo-vallado” que no permita aparcar fuera de los espacios específicamente reservados a este tipo de vehículos (únicamente en aquellas zonas que cuenten con este tipo de aparcamientos). Por último, se valorará un sistema propio de vigilancia del correcto estacionamiento de los patinetes, a fin de que esta actividad genere las menores afecciones posibles a la ciudad.
El Ayuntamiento de Zaragoza obligará ahora, a las empresas que ganen el concurso, a ofrecer un teléfono gratuito de atención al usuario. Respecto a los 850 patinetes iniciales, únicamente se valora la ubicación de 350, ya que hay 500 patinetes cuya ubicación ya viene establecida por el propio Ayuntamiento en los pliegos, asegurándose así una distribución homogénea de los patinetes en los diferentes barrios.
La Concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Teresa Artigas, ha manifestado el apoyo del Ayuntamiento a los sistemas de movilidad compartida y específicamente a los patinetes eléctricos, ya que “estos sistemas contribuyen, junto a los desplazamientos peatonales, al transporte público y la bicicleta, a reducir el número de coches en la ciudad, objetivo básico de la política de movilidad sostenible”.
Cabe destacar que se establecerán Puntos de Estacionamiento para Movilidad Compartida, que podrán utilizarse también para bicis. En los distritos en que se vayan habilitando, sólo se podrá dejar los patinetes en ellos y en los aparcabicis. En el resto, se podrá aparcar en las mismas condiciones que las bicicletas, y en ningún caso obstaculizando el tránsito peatonal, el acceso a mobiliario urbano o servicios, ni junto a las fachadas de edificios, una de las más habituales quejas actualmente.
Por último, el Ayuntamiento no establecerá tasa, pero sí un canon de hasta 30.000€, que se destinará a actividades de seguridad vial y fomento de la movilidad sostenible. Por último, y hasta que se desarrolle la normativa, los patinetes tendrán un límite de velocidad de 20-25 km/hora.
Empleo de calidad y no falsos autónomos
Por su parte, el Consejero de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, ha declarado que “apoyamos los sistemas de movilidad compartida pero nos oponemos a la uberización de la economía que implica precarización del empleo y nulo control de las empresas. Por ello, las empresas de alquiler de patinetes que quieran venir a Zaragoza tienen que saber que además de ganar dinero se van a tener que preocupar por la calidad del empleo que generan y por el impacto que su actividad tiene en la ciudad”.
Además de los criterios para adjudicar las dos licencias, la regulación también va a establecer una serie de obligaciones entre las que cabría destacar la prohibición de que la empresa que posea la actividad subcontrate la recarga de los patinetes, con objeto de evitar esta nueva figura del “recargador” que cobra por patinete que recarga en su casa. En la actualidad, tanto la empresa Lime –participada por Uber y Google– como la startup madrileña Koko, que ya operan en Zaragoza aprovechando el actual vacío legal, obligan a los denominados 'juicers', en el caso de Lime y 'charger' en el caso de Koko, a disponer de vehículo propio y cotizar en régimen de autónomos para recargar estos patines en sus propias casas a competir por la caza de los vehículos ganando 5,00€ por recarga de cada uno de ellos.
La movilidad compartida: ¿dónde está el negocio?
Es inevitable pensar en que el mero hecho de restar espacio al coche es saludable y genera bienestar en las ciudades. La rápida aparición de estos sistemas de movilidad compartida ha generado optimismo en diversos sectores que trabajan por una ciudad más limpia y sostenible. Sin embargo la mayoría de los operadores, Koko quizá sea una excepción, tienen tras ellos grandes corporaciones económicas y sorprende su apuesta por un sector que no parece ofrecer los pingues beneficios a los que están acostumbradas estas compañías.
Lo cierto es que diferentes analistas económicos aseguran que las empresas de vehículos de movilidad compartida en la actualidad no son rentables, puesto que lidian con diversos factores: el vandalismo, la deslocalización y los alta competencia que obliga a mantener unos precios bajos de alquiler. Aún así, un trayecto de 10 minutos en un Lime por la ciudad de Zaragoza puede costar 2,50 euros. Ahora, deberán también hacer frente a los pagos y la normativa que les exijan desde el Ayuntamiento de Zaragoza, como ya se ha hecho en otras ciudades como Valencia, Barcelona o Madrid.
Lo cierto es que detrás de la mayoría de empresas de movilidad compartida existe un conglomerado que incluye a alguna gran empresa multinacional del sector informático o tecnológico. Si detrás de Lime veíamos a Uber o Google, tras Mobike está Airbnb, Foxconn y Temasek. Otras como la empresa Ofo, que todavía no ha llegado a Zaragoza, ha podido salvar una situación económica crítica tras la inversión de 700 millones de dólares por parte del gigante de las ventas en internet Alibaba.
La participación de este tipo de actores en la movilidad sostenible ha generado suspicacias y se ha llegado a afirmar que el verdadero negocio es el tráfico de datos de sus usuarios. A esto han contribuido declaraciones como las del principal inversor de la empresa Alibaba, el Señor Zhang, que aseguraba que gracias a su empresa en Ofo “ya saben cuánto gastan (los usuarios), dónde lo gastan y en qué lo gastan". Un interés que puede ser mutuo y que podría estar vulnerando leyes de protección de datos.