El Ayuntamiento de Zaragoza da la espalda a los afectados por la dolina de Valdefierro

En una reunión mantenida este martes con representantes políticos y del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, varios de los participantes aseguran haberse sentido atacados por el consistorio, que definitivamente da la espalda a las tres familias desahuciadas

Imagen de parte del hundimiento.

El pasado día 21 de noviembre, tres familias eran desalojadas de una vivienda en la calle Obispo Peralta del barrio de Valdefierro. El motivo, la aparición de una cavidad, de forma repentina, con un diámetro próximo a los 10 metros, 5 metros de profundidad, que afectaba al jardín trasero de la edificación y se extendía por debajo de la cimentación del edificio.

Tras la reiteración de problemas, un análisis lógico de la situación nos llevaría a pensar que la urbanización de esta zona, debería estar sometida a controles urbanísticos estrictos, de los cuales adolece, según se desprenden de las declaraciones municipales. Tan solo unas horas después del conocimiento del hundimiento, el Gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Miguel Ángel Abadía, se lavaba las manos en declaraciones a la Cadena SER, o trataba de hacerlo, con respecto a la responsabilidad del consistorio en la edificación.

Los vecinos y vecinas afectadas, la Asociación de Vecinos de Valdefierro, así como José Luis Simón, catedrático de la Universidad de Zaragoza en el Departamento de Ciencias de la Tierra, y a su vez, vecino del barrio, mantenían una complicada reunión este miércoles con Abadía, a la que también asistieron Luis Mangrané, Asesor de Urbanismo y Sostenibilidad del gobierno municipal, así como con dos técnicos del área de Urbanismo del consistorio zaragozano.

Otra perspectiva del hundimiento en la calle Obispo Peralta.
Otra perspectiva del hundimiento en la calle Obispo Peralta.

Una reunión en la que la intención de las personas afectadas era dar a conocer su problemática y de la que esperaban, al menos, algo de receptividad por parte del consistorio ante una situación que les mantiene desahuciados de sus viviendas. En lugar de eso, y tal y como han declarado a AraInfo varios de los participantes en dicha reunión, se sitieron atacados desde el primer instante. La representación municipal aseguraba que la única responsabilidad recae sobre los propietarios de las viviendas, evitando cualquier responsabilidad de la promotora o el área de Urbanismo, dejando como única alternativa la vía judicial.

La realidad es sin embargo terca, y habríamos de recordar al señor Abadía, que Urbanismo es, al menos, corresponsable de esta situación. Fue el propio gerente el que aseguraba que la dolina era conocida, y que “los propietarios del suelo decidieron emprender la edificación, de tal modo que el arquitecto que diseñó el proyecto constructivo ya contempló la existencia de esta dolina, de esta tipología de suelos, y proyectó una cimentación suficiente para asegurar la edificación ante cualquier movimiento que pudiera presentar esta dolina”.

Entonces, si tal y como argumentaba Abadía se puede construir encima de esta dolina, ¿cuál es el problema? Pues bien, la construcción en este tipo de terrenos, es complicada, y obliga a un sobrecoste en cimentación que, como es evidente la constructora no estará dispuesta a admitir, ni los futuros compradores de la vivienda a costear.

Conociendo la problemática de la zona, pues no son pocas las situaciones similares que en el barrio de Valdefierro han tenido lugar, con diferentes magnitudes y en varios edificios, ¿por qué urbanismo no realiza una vigilancia estrecha a las constructoras que se atreven a acometer edificaciones ciertamente complejas? En lugar de exigir eficacia en la ejecución de los edificios, pues es el consistorio quien termina por conceder las licencias, Urbanismo deja en manos de las familias afectadas la resolución de un conflicto en el que debería tomar parte activa.

No solo eso, sino que, pese a ser conocida y, tal y como explicaba en su día Abadía, estar “plenamente definida”, cuando los vecinos afectados recurren a Urbanismo con el fin de conocer los informes municipales al respecto, la respuesta que reciben es que el órgano municipal no tiene ninguna información del estudio geológico-geotécnico, siendo advertidos de que el ayuntamiento no tiene por qué tenerla.

Echando la vista atrás, el consistorio ya fue advertido el pasado verano, en sentencia firme, de su responsabilidad en este tipo de hundimientos y condenado al pago del 20% de la indemnización – unos 20 millones de euros - a los vecinos que sufrieron un hundimiento similar en la Avenida de las Estrellas, también en el barrio de Valdefierro.

Sin embargo, Urbanismo parece obcecado en dejar desamparados a los y las vecinas desalojadas de sus viviendas por la dolina, esta vez en la calle Obispo Peralta, sin mostrar ningún tipo de interés por un asunto que jamás ha sido aislado.

Los problemas recurrentes en los mismos puntos de las calles Obispo Peralta, Rigel o Capricornio demuestran que no nos encontramos ante un problema puntual, pues obligan a afecciones y posteriores reparaciones de forma habitual.

La vecindad vive con intranquilidad una situación en la que no pueden sino observar la problemática de sus vecinos y vecinas, esperando no ser los siguientes en rellenar titulares de prensa. Ante esta situación, la actitud de este ayuntamiento no puede ser la de abandonar a los vecinos y mirar hacia otro lado mientras nuevas grietas aparecen día tras día, casa tras casa.

En palabras de José Luis Simón, “en un radio de 50 metros hay al menos dos parcelas en estado de ruina y viviendas deshabitadas con daños severos”,  por lo que no deberían descartarse futuras afecciones en las proximidades.

Existe un problema técnico, además de un problema judicial y de definición de responsabilidades. Pero existe también un problema social y ahí, no hay excusas para que este ayuntamiento no se ponga en primera línea para defender los intereses de los vecinos y vecinas afectadas, del entorno de la afección y de la protección futura de las edificaciones y los habitantes de Valdefierro.

La actitud de esta administración que se define como amigable, próxima, solidaria, comprensiva y responsable, no puede convertirse en distante, arrogante, impersonal y asocial. Ante esta situación ¿qué va a hacer este consistorio? Los y las vecinas de Valdefierro siguen reclamando una respuesta política, si no tan rápida como la tuvo el señor Abadía para criminalizar al vecindario en menos de 24 horas, o la ha tenido en las últimas horas en la reunión mantenida con los y las vecinas afectadas, al menos más responsable y coherente.

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