Cuando un colega, en el amplio sentido que esta palabra puede albergar, te avisa de que va a crear un personaje para una novela, basándose en ti, no le prestas la suficiente atención y le das tu consentimiento, sin pensar en que algunos de tus más íntimos e involuntarios gestos, e incluso tu apariencia física quedarán plasmados en un libro para siempre.
Alfredo Benedí, Fredy, me advirtió de este hecho hace algo más de un año. Para entonces, la novela empezaba a tener sus tramas, pero algunos personajes estaban aún en pañales. Tuve la oportunidad de leer el borrador de El Asesino del Vinilo en un viaje de rugby a Barcelona. Repentinamente deje de leerla. Aquel tipo que iba a acompañar en sus pesquisas a Domínguez se parecía bastante a mí. A un yo distinto, idealizado en cierto modo, para poder compartir aventuras con un policía retirado alcohólico, desagradable, pendenciero y honesto. Esperé hasta tener el libro editado en mis manos para leer la novela completa. Algo que no tardaría en hacer ni diez horas.
El Asesino del Vinilo es una novela negra ambientada en varias ciudades distintas que conviven en el, cruelmente maltratado, plano de Zaragoza. Conviven la ciudad provinciana con la del alto postín y los poderes heredados de otros tiempos. Conviven una peligrosa Zaragoza nocturna, con otra que, en la misma franja horaria, disfruta de la música y la bebida a pie de escenario o codo en barra.
Tres tramas. Un fin de semana. Proxenetismo, mafia, esquizofrenia, asesinatos, secuestros, peleas, investigaciones, persecuciones. Dos días de auténtica locura que convierten los reconocibles rincones de una ciudad, quizá demasiado tranquila, como Zaragoza, en el escenario de una historia que transcurre vertiginosa y violentamente.
La música es algo inseparable a Fredy, y por tanto, está siempre presente en su escritura. En esta novela nos acerca a la actualidad, y el pasado, de una ciudad musicalmente efervescente. Salas y grupos reales se mezclan con la ficción en un maravilloso homenaje al universo musical de Zaragoza. De los Niños del Brasil a los Twangs. De la Mtro a La Ley Seca. Son decenas los grupos musicales zaragozanos y muchos los bares y salas de conciertos presentes en El Asesino del Vinilo. Sin duda, el merecido homenaje a una ciudad que ha sido capaz de llenar las noches de música, durante décadas.
El Asesino del Vinilo es un historia vertiginosa y dura, que cuenta con la continuidad de personajes como el de Domínguez y La Yesi, traídos de la maravillosa Estupidos y Felices, segunda novela de Benedí, a un entorno íntimo, cercano y ampliamente conocido por el autor: Zaragoza.
Es una novela de lectura rápida, trepidante, sin descanso. Escrita con un estilo seductor y directo que se va definiendo novela a novela. Una lectura que atrapa. Es también la creación de un monstruo. Un vecino cualquiera de Torrero convertido en asesino. Es una crítica mordaz a estructuras que ahogan una ciudad diferente y creativa en su mar de falsa normalidad y buenos modales forzados. Unas formas que ocultan también la decrepitud humana que surge en cualquier urbe. Por último, es un cúmulo de guiños a personajes reales y rincones de una ciudad, a veces olvidada por sus propios habitantes.
Guiños que incluyen a esta humilde propuesta periodística que es AraInfo y a un ‘gorila’ con cierto parecido a un servidor. Eternamente agradecidos.
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Alfredo Benedí (Zaragoza, 1965) ha estado influenciado desde siempre por el cine, la literatura, los viajes, el rugby y el rock’n’roll. Le gusta exprimir las noches con sus días. Días laborables ocupados por el balón oval y noches de espectador de la vieja música americana.
Sus paseos por el mundo le motivaron para escribir relatos de viajes. Luego llegaron relatos cortos de ficción. ¡Wacha los güeros!(STI ediciones, 2011) fue su primera novela, a la que le siguió Estúpidos y felices (STI ediciones, 2013. Segunda edición, en 2014).
En ésta su nueva novela, Benedí abandona los escenarios exóticos de sus anteriores obras para recorrer con gran minuciosidad, consecuencia de un conocimiento y un cariño profundos, los mapas de su ciudad: el físico, pero también el mapa nocturno y secreto. [/box]