Donar órganos estando vivos

En un tramo de la película 'El sentido de la vida', los Monty Phyton hacen un retrato metafórico de lo que nos está ocurriendo ahora mismo a las zonas con menor densidad de población: dos hombres vestidos de cirujanos van a casa de un tercero y le preguntan: "¿Podría darnos su hígado?”, a lo que este responde: "Lo estoy utilizando, soy donante pero solo en caso de fallecimiento". Entre gritos le sacan el hígado en vivo diciéndole: "Sirven para salvar vidas, es para el bien del país, es por tu bien". Recientemente vi el vídeo elaborado por la Red de …

Imagen: Twitter de la Plataforma a favor del Paisaje de Teruel
Imagen: Uge Fuertes.

En un tramo de la película 'El sentido de la vida', los Monty Phyton hacen un retrato metafórico de lo que nos está ocurriendo ahora mismo a las zonas con menor densidad de población: dos hombres vestidos de cirujanos van a casa de un tercero y le preguntan: "¿Podría darnos su hígado?”, a lo que este responde: "Lo estoy utilizando, soy donante pero solo en caso de fallecimiento". Entre gritos le sacan el hígado en vivo diciéndole: "Sirven para salvar vidas, es para el bien del país, es por tu bien".

Recientemente vi el vídeo elaborado por la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA), Territorios donantes de vida, en el que se hablaba de salvar a la población rural y de la bondad de sus habitantes que siempre hemos producido comida, talento, aire… El video enlazaba sutilmente ser donantes de vida con la producción energética. Sangrar al débil se da en tantos ámbitos y escalas que parece el proceso natural, pero no deja de ser la versión humana del parasitismo. El colonialismo persiste con sus artimañas de camuflaje, dulcificadas y maquilladas, en este caso de "verdes".

La globalización establece zonas de extractivismo, de producción, de mano de obra... y allí acuden las grandes multinacionales. La Comisión Europea reparte fondos para producción energética. La "zona de sacrificio" para llevarla a cabo es la España despoblada. Nuestro territorio cuenta con la más extensa y variada red de zonas ZEC (zonas de especial conservación) y ZEPA (zonas de especial protección para las aves) dentro de la Unión Europea. Resulta paradójico que, de un plumazo, se pase a fragmentar todo el territorio, sin orden ni planificación previa, con monstruos de 200 metros. La Unión Europea se suma en esto a la Diputación de Teruel y a al Gobierno de Aragón en aquello de querer estar en misa, para quedar bien, y repicando.

Para que esta doble moral pase desapercibida hace falta un trabajo previo. Las maniobras de greenwashing no tienen límites. Todo llega para "salvar el planeta y para desarrollar nuestros pueblos". Una empresa que con un proyecto destruye 100 hectáreas de hábitat natural, tiempo después repuebla 20. La primera acción pasa desapercibida, la segunda nos la cuentan con banda sonora épica, como si de repente Superman nos salvara por venir a un pueblo y plantar una bellota.

A nadie se le escapa la generosidad de las zonas rurales. Han venido de fuera a que les donemos vida a la fuerza. Ni somos héroes, ni los necesitamos. Estamos vivos.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies