Contra la troika, algo se mueve en Europa

DIAGONAL | María José Esteso Poves | Tras la jornada del primero de junio, se articulan otras protestas y movimientos sociales. “Se está empezando a mover una parte de la sociedad alemana contra las políticas de la troika y de Merkel”, afirma Tom Kucharz, activista y miembro de Ecologistas en Acción que acaba de llegar del AlterSummit –celebrado en Atenas el 7 y 8 de junio– para coordinar actuaciones contra la troika (Banco Central Europeo, Comi­si­ón Europea y Fondo Mone­tario Internacional). El pasado 1 de junio (1J) se llevaron a cabo, en más de 80 ciudades, concentraciones y manifestaciones contra …

Zaragoza, 1 de junio 2013.- Pueblos chuntos contra a Troika. Foto: AraInfo
Zaragoza, 1 de junio 2013.- Pueblos chuntos contra a Troika. Foto: AraInfo

DIAGONAL | María José Esteso Poves | Tras la jornada del primero de junio, se articulan otras protestas y movimientos sociales. “Se está empezando a mover una parte de la sociedad alemana contra las políticas de la troika y de Merkel”, afirma Tom Kucharz, activista y miembro de Ecologistas en Acción que acaba de llegar del AlterSummit –celebrado en Atenas el 7 y 8 de junio– para coordinar actuaciones contra la troika (Banco Central Europeo, Comi­si­ón Europea y Fondo Mone­tario Internacional).

El pasado 1 de junio (1J) se llevaron a cabo, en más de 80 ciudades, concentraciones y manifestaciones contra las políticas de recortes y austeridad de la troika. La protesta tuvo además seguimiento en otras tantas ciudades de Portugal y Grecia, pero también en Europa ‘del norte’ y en América Latina. Una de las protestas más numerosa fue la de Frankfurt, sede del corazón financiero alemán. El movimiento Blockupy reunió el 31 y el 1 de junio a miles de personas, 20.000 según los convocantes, 6.000 según la policía. En la marcha del 31 contra los bancos y la política de austeridad los manifestantes trataron de llegar hasta la sede del BCE, situada en esta ciudad, pero la brutalidad policial lo impidió.

Según explica Rafael Poch de Feliu, periodista experto en Alemania y autor de La quinta Alemania: “Los policías negaron el paso a los manifestantes por el recorrido previamente autorizado. Encerraron a centenares de manifestantes en varias zonas, los rociaron con gas pimienta y los apalearon. Incluso a mujeres con hijos. A los que se quejaban les imputaron resistencia a la autoridad y otros cargos”, señala. Declara que el derecho a la manifestación también se viola en Alemania. Apunta que la movilización social aún es débil pero “en Alemania hay descontento por la situación social".

Oficialmente no hay crisis, pero hay mucha gente ganando muy poco y la sensación de que ha habido un retroceso es muy viva. ¿Dará eso lugar a protestas mayores? De momento hay un descontento latente”, afirma Poch. Para Kucharz es necesario ir descartando que el argumento de que “la crisis de la deuda y los problemas del Sur de Europa es culpa de Merkel; aquí, en el Sur, hay poderes hegemómicos que ganan mucho con la crisis, y en Alemania hay una población trabajadora que pierde mucho y está precarizada y también sufriendo la pobreza. Por eso –continúa–, las movilizaciones contra la troika del día 1 de junio deben considerarse un éxito, no tanto por el número de concentrados como por la gran cantidad de ciudades donde se ha llevado a cabo la protesta. Sin medios, sin apenas tiempo, sólo con una reunión previa y sin apoyo de los grandes sindicatos”, concluye.

No al exilio laboral, familiar...

Otra protesta que crece es la de los jóvenes obligados a exiliarse del Estado español. Según las últimas cifras, más de 300.000 personas han emigrado desde que empezó la crisis. De ellas, 60.000 son jóvenes licenciados que tuvieron que emigrar sólo el año pasado. Según los datos de abril de la Encuesta de Población Activa, el número de parados supera los 6.200.000 y la tasa de paro es del 27,16% –entre los jóvenes es del 57%–.

Una de las acciones más simbólicas del 1J fue la de la Marea Granate –recién creada–, integrada por los jóvenes licenciados que buscan trabajo fuera. En Londres, un grupo de licenciados se manifestó frente a la Embajada española contra las políticas de la troika. La Marea Granate surgió, según explican los activistas en su web, como una idea “de la madre de un licenciado que comenta que se va a poner un lazo granate, como el color del pasaporte, por la ‘pérdida’ de su hijo... Ya hay mareas granate en varios países, e incluso los exiliados en Brasil han grabado un vídeo. Los lemas que se repitieron el 1J frente a otras embajadas, como las de Berlín y Montevideo: “#NoOlvidamos”, “No nos vamos, nos echan”.

Beatriz Bonete, una de las activistas de la Marea Granate y colaboradora de DIAGONAL, señala que “es necesario organizarse”. Tiene 30 años, es socióloga y ahora es dependienta en una tienda en Londres. “La línea para el cambio no es continuar con los ‘ajustes y la austeridad’ –que sólo se aplican a la ciudadanía, pero no a los que tienen poder–. Pasa por fomentar la educación, las políticas sociales, e implicar a la ciudadanía”. Bonete señala que la Marea Granate pretende dar voz a todas quienes se han tenido que ir por falta de oportunidades laborales, “porque irse no es una decisión que se tome libremente”. Su blog, Filling the gap, dirigido a estudiantes de sociología, hoy empieza así: “Espero que por la presente estéis bien. Yo, desde Londres, podría decir ‘estoy bien’ y añadir eso de ‘no puedo quejarme”.

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