Con el deseo de que en 2021 seamos capaces de reducir todas las pandemias que nos asolan

Durante el año 2020, 43 mujeres han sido asesinadas a causa de la violencia de género en España. Las denuncias han disminuido. Según el Consejo General del Poder Judicial, en el segundo trimestre del 2020 ―en pleno estado de alarma, se produjeron 34.000 denuncias, un 14% menos que el año anterior en el mismo período―, pero las llamadas al servicio 016 subieron un 27,5% y su uso online aumentó un 493,5%, según declaraciones de Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. Es decir, han bajado los asesinatos de mujeres y las denuncias, pero eso no significa necesariamente que haya …

Durante el año 2020, 43 mujeres han sido asesinadas a causa de la violencia de género en España. Las denuncias han disminuido. Según el Consejo General del Poder Judicial, en el segundo trimestre del 2020 ―en pleno estado de alarma, se produjeron 34.000 denuncias, un 14% menos que el año anterior en el mismo período―, pero las llamadas al servicio 016 subieron un 27,5% y su uso online aumentó un 493,5%, según declaraciones de Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. Es decir, han bajado los asesinatos de mujeres y las denuncias, pero eso no significa necesariamente que haya descendido el maltrato.

Estamos convencidas de que como en tantas otras luchas, el camino es largo y tortuoso y que no siempre nos vamos a encontrar los vientos a favor. Para acabar definitivamente con los asesinatos por violencia de género y con el maltrato, siguen siendo imprescindibles los cambios estructurales que los imposibiliten, como la atención adecuada a las mujeres que sufren dicha violencia, facilitando su toma de decisiones y el apoyo que mejor les permita escapar de la situación de violencia. Los servicios públicos, tanto sociales como sanitarios, jurídicos y económicos, como servicios que deben servir a los intereses de las personas que más los necesitan, deben abordar los contextos que propician las situaciones de violencia y no sólo a los sujetos (víctimas y victimarios) individualmente. Sólo desde un análisis estructural y con perspectiva de género global podrán hacerse propuestas realmente emancipadoras.

Hace una semana y media se denunció una agresión sexual a una mujer menor en la ciudad de Huesca, cuyo autor está en prisión. Sabemos que detrás de cada agresión sexual que se denuncia, hay muchas que quedan impunes por no haber sido denunciadas. Los datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019 realizada por la Delegación del Gobierno y el Centro de Investigaciones Sociológicas, que por primera vez ha incluido no sólo la violencia en la pareja, sino también la violencia fuera de la pareja, el acoso sexual y el acoso reiterado arrojan que el 50% de las mujeres españolas mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia por ser mujeres. Más de 4 millones, a lo largo del año 2019. Las agresiones sexuales denunciadas, por tanto, solo supondrían el 11 % de las realmente producidas. El hecho de que las mujeres sobrevivientes no se atrevan a contarlo tiene que ver con el sentimiento de vergüenza, el miedo a no ser creídas, el hecho de ser menores o por miedo a los agresores, entre las causas más citadas. Son razones que hemos de tener en cuenta para facilitar un contexto social en el que ninguna mujer sienta temor ni vergüenza por haber sufrido violencia ni por denunciarla o comunicarla.

Y como tantas veces hemos recordado, para la erradicación de la violencia contra las mujeres, estamos obligados a reaccionar el resto de ciudadanos y ciudadanas. Y así nos lo señalan todos los estudios e investigaciones que inciden en la persistencia de percepciones y actitudes tolerantes con la violencia machista en general y, en particular con la violencia sexual. Según la macroencuesta, las violaciones han sido realizadas en más del 70% de los casos por hombres del entorno familiar o de amistad, frente a la persistencia en el imaginario colectivo de que los violadores son desconocidos.

Aunque aumentan la defensa de medidas y valores igualitarios en nuestra sociedad, impulsadas por el movimiento feminista, sin embargo, siguen siendo muy persistentes los modelos hetero patriarcales, donde las jerarquizaciones sobre lo aceptable, valioso y deseable siguen marcados por las viejas y ancestrales tradiciones.

El 2021 seguiremos insistiendo en la urgencia de prevenir para educar en el respeto a los valores igualitarios y en la defensa de la no violencia como respuesta a los conflictos personales y sociales.

Ha pasado un siglo menos un mes desde el nacimiento de Concepción Arenal en el Ferrol un 31 de enero, experta en Derecho, pensadora, periodista, poeta y autora dramática española, precursora del Trabajo Social, además de pionera del feminismo español. Entre su nacimiento y el logro de la Ley del Aborto por la lucha de las mujeres argentinas tras años de lucha y concienciación en las calles y en las instituciones a punto de acabar este 2020 de la pandemia de la Covid-19, millones de mujeres de todos los países, lenguas, clases, condiciones, han dedicado su tiempo, sus ideas, sus energías y sus lazos de sororidad para mejorar la vida de todas. Y así seguiremos este año que ahora comienza.

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