Carta de la marea roya

Todavía impresionadas por la multitudinaria respuesta. Una marea social de miles de personas llegadas de todos los puntos de Aragón (sí, también de más allá, el amor por las montañas no entiende de fronteras) recorrió el centro de Zaragoza para terminar llenando hasta rebosar la Plaza del Pilar. Se cantaba, se bailaba, se reía para celebrar que la pesadilla de la destrucción de Canal Roya parecía quedar enterrada, en un agujero excavado por miles y miles de manos de personas que han tenido más fuerza que los poderosos promotores de esta aberración. Pero también se alzaban pancartas y gritos reclamando …

Todavía impresionadas por la multitudinaria respuesta. Una marea social de miles de personas llegadas de todos los puntos de Aragón (sí, también de más allá, el amor por las montañas no entiende de fronteras) recorrió el centro de Zaragoza para terminar llenando hasta rebosar la Plaza del Pilar.

Se cantaba, se bailaba, se reía para celebrar que la pesadilla de la destrucción de Canal Roya parecía quedar enterrada, en un agujero excavado por miles y miles de manos de personas que han tenido más fuerza que los poderosos promotores de esta aberración.

Pero también se alzaban pancartas y gritos reclamando que esta pesadilla enterrada, se convierta en la semilla de la tan necesaria protección. Canal Roya como espacio protegido dentro del Parque Natural de Anayet.

Hasta que no veamos germinar esa semilla y hacerse realidad, regada por esa marea roya que inundó Zaragoza y Aragón, no pararemos.

Gracias a las que le pusieron rostro y voz: Eva, Juan, Sebastián, Luis, Maribel y como no, Isabel con su manifiesto lleno de montañas con forma de palabras y futuro.

Gracias a las que hicieron la banda sonora (hasta hubo lágrimas en algunos acordes) de este momento histórico: Diego, Francho, Ixo Rai, María José...

Gracias a esos cientos de personas que han hecho posible la organización de este acontecimiento con su trabajo altruista "por amor a las montañas" de semanas.

Gracias a esas decenas de miles de personas que abarrotaron la plaza del Pilar para convertirla en Canal Roya en la tierra plana... Seguro que Anayeta, asomada a sus tierras royas, estaba sonriendo.

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