Carta al rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral

Señor Rector Magnífico de la Universidad de Zaragoza, don José Antonio Mayoral, el Colectivo Ciudadano de Huesca desea trasladarle algunas consideraciones y reflexiones en torno al antiguo Seminario Conciliar de la ciudad, elemento patrimonial de insoslayable importancia, cuyo futuro como conjunto se encuentra seriamente amenazado por los proyectos urbanísticos aprobados por el Ayuntamiento de Huesca para alojar dependencias de la Universidad de su digna dirección. Como usted bien sabe, la adquisición del Seminario al Obispado, realizada por el Ayuntamiento en el año 2000 por un importe de 500 millones de pesetas, fue consecuencia del acuerdo suscrito entre ambas administraciones civiles …

Señor Rector Magnífico de la Universidad de Zaragoza, don José Antonio Mayoral, el Colectivo Ciudadano de Huesca desea trasladarle algunas consideraciones y reflexiones en torno al antiguo Seminario Conciliar de la ciudad, elemento patrimonial de insoslayable importancia, cuyo futuro como conjunto se encuentra seriamente amenazado por los proyectos urbanísticos aprobados por el Ayuntamiento de Huesca para alojar dependencias de la Universidad de su digna dirección.

Como usted bien sabe, la adquisición del Seminario al Obispado, realizada por el Ayuntamiento en el año 2000 por un importe de 500 millones de pesetas, fue consecuencia del acuerdo suscrito entre ambas administraciones civiles con el fin de resolver las carencias que en materia de espacios docentes y administrativos pretextaba el Campus de Huesca. Desde aquella fecha hasta la actualidad el inmueble en cuestión fue objeto de un desmesurado plan arquitectónico, afortunadamente fracasado, del vapuleo económico propiciado por la crisis y, sobre todo, precisamente, de la inacción municipal y universitaria. El viejo Seminario, con todo, mantiene firme su estructura, aunque casi dos décadas de abandono le hayan afeado el aspecto a las aulas vacías y las múltiples estancias olvidadas.

La Universidad, incapaz de gestionar el edificio se lo devuelve ahora, deteriorado, a su propietario, pero en un gesto de difícil justificación, más allá de la mala conciencia derivada del entuerto, se reserva algunas piezas, precisamente las protegidas gracias a la intervención del Colectivo Ciudadano, con el fin de ubicar una biblioteca y trasladar allí el vicerrectorado. El Ayuntamiento, elabora un estudio de detalle a la carta y logra que la anterior Dirección General de Patrimonio dicte una resolución política sin escuchar la opinión técnica de la Comisión Provincial. Así las cosas, estructuras del siglo XVI y elementos constructivos esenciales serán demolidos y el Seminario perderá unidad, identidad y posibilidades de tener un destino como Archivo General de Aragón, ampliación del museo, tal como solicitó en su día en la memoria anual uno de sus últimos directores, jardín arqueológico, etc. El quebranto patrimonial está nuevamente servido en una ciudad que tiene una larga historia de atropellos a sus monumentos y construcciones más características.

No comprendemos, señor Rector, cómo la Universidad puede contribuir a la consumación de tan disparatado proyecto. No lo comprendemos atendiendo a la perspectiva científica, histórica y patrimonial que debería guiar la gestión de nuestra alma mater que cuenta, además, con un Instituto de Investigación en Patrimonio y Humanidades, tampoco a partir de un razonamiento económico puesto que la inversión en cualquier caso será pública, y mucho menos si consideramos que en el singular edificio igualmente cedido al Campus de las antiguas Residencias todavía no se ha ocupado ni el 50% de su superficie.

¿Podría explicarnos qué sentido tiene deslocalizar el vicerrectorado y llevarlo al Seminario, con el gasto consiguiente añadido a las hipotéticas reformas? ¿Podría explicar a la ciudad de Huesca las razones para ubicar una biblioteca científica en el Seminario cuando dispone de varios miles de metros en los enormes pabellones sin uso de las Residencias? ¿No es esto abonar una injustificable dispersión al tiempo que se propicia, de nuevo, el progresivo deterioro de los locales vacíos?

Mucho le agradeceríamos, señor Rector, al igual que Huesca se sentiría gratificada, si respondiera a nuestras inquietudes, pero resultaría todavía más provechoso, si una reflexión serena llevara a la Universidad no solo a no secundar los amenazadores planes que buscan liquidar el imponente Seminario Conciliar, sino a evitar activamente esa anómala perspectiva.

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