Aragonesismo en pantuflas

En toda la trayectoria política aragonesa, no habido un político con tanta sorna y retranca humorística como el Sr. José Ángel Biel. Claro que, como en la vida de todas las personas, con sus claros y sus sombras, una de ellas memorable por su participación activa en contra de la aplicación del art 151 de la Constitución, que suponía acceder a la Autonomía Plena de Aragón, es decir, equipararnos a los Estatutos de Autonomía de Cataluña, Andalucía, Galicia y País Vasco o por la vía del 143, que suponía una autonomía parcial como el resto de comunidades, al margen del …

En toda la trayectoria política aragonesa, no habido un político con tanta sorna y retranca humorística como el Sr. José Ángel Biel. Claro que, como en la vida de todas las personas, con sus claros y sus sombras, una de ellas memorable por su participación activa en contra de la aplicación del art 151 de la Constitución, que suponía acceder a la Autonomía Plena de Aragón, es decir, equipararnos a los Estatutos de Autonomía de Cataluña, Andalucía, Galicia y País Vasco o por la vía del 143, que suponía una autonomía parcial como el resto de comunidades, al margen del País Vasco y Navarra que además mantuvieron sus derechos históricos.

Recordemos que en esas fechas (1982) el susodicho militaba en UCD y más tarde en un proceso de metamorfosis política paso a afiliarse al PAR.

Difícil llevarse mal con él por su talante personal, que combina simpatía y sagacidad maquiavélica. Podría haber sido un gran Cardenal sin llegar a ser Papa, ejerciendo con férrea mano el papel de Prefecto de la Doctrina de la Fe junto con Ramiro ll el Monje que, según cuenta la leyenda, no solo cortaba flores sino cabezas, algo que imitó y mejoró en su forma de actuar el Sr. Biel, desde su toma de posesión como Presidente del PAR. En su vida política de partido, tantas cabezas y posibilidades de futuro de continuidad de su propio partido cortó, que con las zarzas se quedó.

Y claro ¿Cuál es la situación actual de este gran e histórico partido que fue el PAR? La dirección actual que promocionó y avaló el Sr. Biel, con su método de “la cólica de abadejo: aquí la planto y aquí la dejo,” se mueve sin orden ni concierto, emulando, en las formas que no en el fondo, a dos grandes aragoneses, Paco Martínez Soria y Miguel Ángel Tirado “Marianico el Corto“.

Y… ahora ¿Quién arregla el corral? ¡YO! el único, el que todo lo sabe, el que nunca se equivoca. Con su frase recurrente: “Tranquilos, que esto lo arreglo yo”, el que llenó una plaza de Toros, pero nunca ganó en las urnas: José Ángel Biel. Y... ¿Cómo pretende arreglarlo? fumigando las zarzas que él sembró y queriendo empezar de nuevo, con los restos de su naufragio político, promoviendo una Refundición “modelo hamburguesa con queso o lo que surja”, que no Refundación del Partido, y que pretende reconstruirlo sobre la nostalgia de tener nuevos cargos sin cargas.

En definitiva, “Aragonesismo en Pantuflas”, con un discurso político “apañado” en un trilema: “Ser el clavillo del abanico” (la mano que lo mueve es otro cantar), “el corcho siempre flota” y “lo que es bueno para el convento pa dentro”. Bueno sería recordarle, que la Constitución no es un cerrojo, sino una puerta abierta a la Libertad, la Democracia y la Participación, tanto para la Sociedad, como para la vida interna de los Partidos.

Tras este doloroso análisis, por todos conocido y sabido (ahí están las hemerotecas), están los ciudadanos y ciudadanas aragoneses que desde la fundación de este Partido aragonesista (PAR) creyeron, confiaron y defendieron un proyecto político que, de haber seguido evolucionando en su ideología y objetivo prioritario, que era la defensa de Aragón y de la ciudadanía aragonesa, hoy podría ser un poderoso interlocutor ante el Gobierno Central. Esta esperanza se malogró con la llegada del Sr. Biel a la presidencia del partido, que lo convirtió en un instrumento. . . “Para todo sirvo, para nada valgo”.

Ante esta situación, sólo queda decir que: no puede resolver los problemas el mismo que los ha creado y que, sólo quedan dos posibilidades: o Refundarlo, que no Refundirlo, iniciando una nueva etapa de regeneración política y saneamiento interno, construido sobre un Aragonesismo que trabaje y luche por y para el Bienestar y el Progreso de todos los aragoneses y aragonesas como objetivo único, o enterrarlo con dignidad, antes de seguir arrastrándose por el lodo por el que trascurre en la actualidad.

En esta situación, el más perjudicado es el Aragonesismo, sea de la tendencia ideológica que sea, porque el fin del Aragonesismo es ganarse al Pueblo Aragonés con propuestas entendibles y creíbles, para llenar con nuestros votos las urnas y construir un Aragón dueño de su Futuro.

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