Aragón apuesta por los presupuestos participativos

Las aportaciones en políticas democráticas a lo largo del siglo XIX y XX han procedido fundamentalmente de los países europeos (Francia, Inglaterra, Alemania) y en menor medida de Estados Unidos. Pero fue Brasil a finales del siglo XX la que vino a dar un paso importante en políticas de democracia directa que se concretaron en lo que vino a llamarse el presupuesto participativo. En concreto, fue en la ciudad de Porto Alegre, con 1,3 millones de habitantes, donde se inicio esta experiencia participativa y donde el Partido de los Trabajadores ganó las elecciones  en 1988, con el 34 % de …

Las aportaciones en políticas democráticas a lo largo del siglo XIX y XX han procedido fundamentalmente de los países europeos (Francia, Inglaterra, Alemania) y en menor medida de Estados Unidos. Pero fue Brasil a finales del siglo XX la que vino a dar un paso importante en políticas de democracia directa que se concretaron en lo que vino a llamarse el presupuesto participativo. En concreto, fue en la ciudad de Porto Alegre, con 1,3 millones de habitantes, donde se inicio esta experiencia participativa y donde el Partido de los Trabajadores ganó las elecciones  en 1988, con el 34 % de los votos, y en 2000 con el 59%.

Han pasado casi 30 años, pero desde hace unos años en distintas ciudades de Europa e incluso de España se ha intentado trasladar la técnica de los presupuestos participativos con distinto éxito y con diferentes resultados. Como suele ocurrir en estos casos, el traslado de la experiencia en ocasiones se ha quedado en una mera referencia puramente nominativa, muy alejada del verdadero objetivo  participativo de la ciudadanía.

Es necesario precisar que el Presupuesto Participativo no pretende suplantar la democracia representativa, así como que en Porto Alegre se hizo combinar la participación directa de la ciudadanía con procesos de democracia representativa que generan estructuras intermedias que confluyen con intervenciones técnicas y políticas para dotar de calidad las decisiones adoptadas.

En Aragón se ha tardado en incorporar a la política municipal los presupuestos participativos, salvo intentos insignificantes en algunas Juntas de Distrito de Zaragoza muy alejados de su esencia. Pero lo cierto es que, coincidiendo con la constitución de las Corporaciones locales en las últimas elecciones, han surgido algunas experiencias en las capitales provinciales.

Han sido las Asociaciones Vecinales las que han estado reclamando en los últimos años la necesidad de introducir elementos de democracia participativa en los ayuntamientos, bajo el principio de que la democracia no puede reducirse a que los ciudadanos voten una vez cada cuatro años. Es más, se considera que la democracia participativa enriquece y dota de mayor legitimidad a la democracia representativa a la que nunca se pretende suplantar, sino todo lo contrario, consolidar y dotar de mayor adhesión ciudadana.

Así en la ciudad de Teruel, son las Asociaciones Vecinales a través de la Federación de Teruel, las que junto con el ayuntamiento están introduciendo elementos de democracia participativa en la elaboración de los presupuestos en un proceso deliberativo y propositivo que está consiguiendo una importante participación vecinal. En la ciudad de Huesca, quizá con más dificultades, es a través del Consejo Social de la ciudad donde se están introduciendo propuestas participativas en la elaboración de los presupuestos. Finalmente en la ciudad de Zaragoza se ha iniciado en la elaboración de los presupuestos de 2017 un proceso de presupuestos participativos con asignación y decisión por barrios con ámbito territorial de Junta de Distrito.

Son experiencias todavía incipientes que no sabemos si van acabar consolidándose y donde se han detectado deficiencias de todo tipo, desde la escasa participación de la ciudadanía a las dificultades de coordinación con la parte técnica y la parte política. Lo cierto es que asistimos a nuevas formas de participación política por parte de la ciudadanía, donde se ponen en cuestión el papel de los propios partidos políticos e incluso de las asociaciones cívicas, y donde se pretende que la ciudadanía participe directamente en la toma de decisiones eliminando las estructuras intermedias que han vertebrado la sociedad en los últimos tiempos.

Pero lo cierto es que lo fundamental en la vida democrática no es tanto atender a los resultados cuantitativos sino que la participación incorpore elementos de calidad y de verdadera deliberación en la toma de decisiones. Por eso, desde las Asociaciones Vecinales implantadas en todo Aragón desde hace más de 40 años vamos a seguir exigiendo avanzar en la profundización de la democracia, con instrumentos como los presupuestos participativos, pero como hicieron en Porto Alegre sin desdeñar las estructuras representativas de carácter social. No podemos hacer tabla rasa al considerar que en una especie de 18 de Brumario, la historia empieza ahora, ya que muchos hombres y mujeres llevan años reflexionando sobre el modelo de ciudad, sobre las necesidades de los barrios y sus vecinos y vecinas.

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