Alejandro Amenábar: "Todo (en la película) tenía una connotación especial para que la gente reflexionara: primero sobre nuestra seña identidad y lo segundo, hasta qué punto forzar esta identidad"

La tarde del viernes 18 pudimos contar con la presencia de Alejandro Amenábar, cineasta español de fama internacional en el Paraninfo de Zaragoza, donde habló sobre su última película 'Mientras dure la guerra' en uno de los coloquios de 'La buena estrella'

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Alejandro Amenábar durante la charla de La buena estrella. Foto: Elena Martínez y Agnieszka Chomiak.

Tras finalizar la rueda de prensa, pude acercarme a él y tener una conversación más relajada y personal con el director.

Me he quedado con varias frases de la película, en concreto una, mientras hablaban Miguel de Unamuno (KarraElejalde) y Salvador Vila (Carlos Serrano-Clark) y dice: “En este país más que hablar, solo se puede discutir”. ¿Crees que es esto cierto? ¿Interesa que no haya diálogo?

Creo que discutir es bueno, pero en estos márgenes del planeta, yo no sé si será por el clima, somos muy apasionados y muy temperamentales. Entonces creo que las conversaciones a veces suben de decibelios; suben muchas veces en el Congreso y eso se traduce en gente cabreada en la calle. Yo defiendo discutir, abordar los temas, por supuesto, pero desde la serenidad y con desapasionamiento.

¿Ha dado que hablar tu película Mientras dure la guerra?

Sí. Ese es el sueño de cualquier director, cuando una película invita a la reflexión.

Hay una escena, un fotograma, en el que se ve como ya han colgado la bandera bicolor en un balcón. Se aleja la cámara y se aprecia la bandera republicana ondeando en una esquina. Es una clara superposición de banderas. ¿Intentas alertar del peligro de repetir los mismos errores que se han cometido a lo largo de la Historia?

El tema de la bandera se convirtió en un 'late motiv' en la película, porque en España, yo creo que existe una relación conflictiva con los símbolos nacionales: empezando por el himno, nunca ha habido un consenso a la hora de encontrar una letra; y por el símbolo que pueda representar al Estado o al país, como lo es una bandera. Gran parte de este país tiene conflictos con eso y la película te está contando, entre tantas cosas, de dónde surge este conflicto.

En ese plano lo que se está mostrando son dos Españas, diferentemente representadas. Unamuno, si no recuerdo mal, se opuso precisamente a que, él que era padre de la República, a que se cambiara la bandera republicana. No estoy seguro, pero creo que sí, es decir, ahí hay un conflicto sobre cuál es el mismísimo símbolo que nos representa.

Si a eso le sumas que en los últimos años, y a raíz sobre todo del movimiento independentista en Cataluña, puedes ver muchas banderas de distinto signo en las balcones, eso ha reforzado que mucha gente se decida a sacar la bandera en el resto de España, todo (en la película) tenía una connotación especial para que la gente reflexionara: primero sobre nuestra seña identidad y lo segundo, hasta qué punto forzar esta identidad.

La película también trata “el blanco” y “el negro”, “la izquierda” y “la derecha” y ahí en medio encontramos a Unamuno, que ha pasado un poco por todo, que ha cambiado muchas veces. ¿Crees que necesitamos más posiciones “grises” para analizar y juzgar con imparcialidad?

Sí, aunque suene mal hablar de algo “gris” o de una persona “gris”, yo defiendo los grises. Y en el cine, muchísimo. No encajo en un mundo blanco y negro, me muevo en los matices y en las contradicciones, en mi propia obra y en la vida. Tener a alguien que es capaz de denunciar cosas en su propio bando, en su propio partido, me parece que es algo que no solo te humaniza, sino que es un signo de inteligencia. Y creo que es inteligente ser capaz de denunciar la dictadura franquista del mismo modo que se denuncia la dictadura de Maduro hoy en día.

Y para finalizar, ¿te has sentido identificado con Unamuno como intelectual, artista, creador de contenido en su posición, en su necesidad de romper esa jaula de silencio porque tienes que tomar partido o hacer algo como figura pública?

Sí, con Unamuno me aleja de entrada la edad, la época y por supuesto la altura intelectual de una persona que ha sido tan importante para la Historia de España. Pero sí, como personaje público me sentí interpelado cuando vi esa situación en la que tiene que posicionarse. Dices “bueno, no está tan lejos, fue como antes de ayer la guerra civil” si yo me encontrara en una situación en la que los extremos te están empujando, te están obligando a tomar partido, ¿yo qué habría hecho? Seguramente no hubiera tenido el valor que tuvo él.

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