In memoriam de Berta Cáceres

“En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales, el pueblo Lenca resguardados además por los espíritus de las niñas que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta.” Berta Cáceres al recibir el Premios Goldman, 2015

Berta Cáceres en 2015. Foto: Servindi

La Tierra es la madre fecunda y generosa de todas las mujeres y hombres. Y primero fue la tierra y la lluvia, los ríos y los mares, luego vino el viento y la semilla, vino el fuego, la leche y el pan de maiz. Y las mujeres parieron hijas e hijos que se esparcieron a lo largo y ancho de la Pacha Mama poblando todas las tierras, los valles y los montes de la Tierra.

Los hijos de la mala hierba les robaron las tierras y el agua de sus ancestros al pueblo Lenca y pusieron vallas y alambradas de espinos y eléctricas para acotarlas y decir ¡Esto es Mío! Los hijos de la mala hierba quieren parar el fluir del río y enjaular el canto de los pájaros, quieren silenciar el murmullo del agua. Los hijos de la mala hierba ignoran que nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, de Jorge Manrique en las coplas a la muerte de su padre. Los hijos de la mala hierba asesinaron a Berta Cáceres el tres de marzo del 2016 y no la mataron,  que Berta, ayer 8 de marzo, día internacional de la mujer, fue símbolo y bandera de enganche  en Honduras y en Buenos Aires, En La Paz y Lima… en Latinoamérica y allí donde late un corazón generoso y lucha una mujer valiente. Berta es hoy, la mujer que lo dio todo por defender la tierra, la dignidad y la vida del pueblo Lenca y el futuro de sus hijos. Berta es hoy más que nunca la voz de los sin voz que se levantan defendiendo el roció de las estrellas y las fuentes de la vida. Berta está viva y seguirá viviendo mientras naden los peces en los ríos, sigan creciendo los cumbillos y ceibas en la selva, florezcan las orquídeas y vuelen las mariposas azules y los colibrís esmeraldas en Honduras.

Berta coordinadora del consejo de pueblos indígenas de Honduras COPINH, sabía lo que hacía y el peligro que corría, responsable de sus palabras y de sus actos de protesta PACÍFICA nunca desfalleció ni se achanto a la hora de enfrentarse con sus manos desnudas y la fuerza de la razón a la razón de la fuerza, la violencia y la muerte, de quienes arrasan los bosque y envenenan la tierra y el agua, las madereras, las mineras y las hidroeléctricas con sus proyectadas represas de Aqua Zarca y DESA sobre el río Gualcarque. Berta, TÚ, te enfrentaste abiertamente el año 2013 al proyecto de EEUU de instalar a la mayor base militar de toda Latinoamérica en Honduras. Y TÚ, denunciaste la entrega de 3 millones de hectáreas terrestres y marítimas a la transnacional del gas y del petróleo la British Gas Group.

Tú no has muerto, que has ido más lejos para ser la conciencia indestructible del pueblo Lenca e iluminar los cursos de los ríos y las sendas de las impenetrables selvas. La alargada sombra de las multinacionales y su brazo asesino, el de la insana CODICIA, no podrán con tu larga vida, con la luz azul del Caribe que emanan tus ojos, ni con el magma que brota de la tierra en el eco de tu voz telúrica.

Hija del sol y la tierra, de la lluvia y el relámpago, madre, fuente eterna de vida y sabiduria ancestral, nos juramentamos todos los Poetas de la Tierra para honrar tu nombre y tu memoria,  nuestra voz es tuya, seguimos y seguiremos las huellas de tu noble lucha, abriendo nuevos caminos y el cauce natural de los ríos, que mientras haya nubes y sople el viento, caiga la lluvia, crezca la hierba y aniden los pajaros, se amen los delfines y las ballenas azules, TÚ, Berta, serás LA SEMILLA.

NO HAY RIQUEZA

No hay riqueza

ni gloria

Que compararse

pueda,

A la paz

que respira,

Quien detiene

el tiempo

Y escucha

en silencio

El murmullo

del agua

ME DECÍA MI MADRE  _

              I

Debes amar la tierra,

Cuidarla y defenderla

Que cada cual recoge

Lo que siembra,

Y el mar, la sal y el aire,

El sol, la tierra y el agua,

El amor y la muerte,

Son de todos y de nadie.

              II

Hijo, amarás el mar y la tierra sobre todas las cosas

Respetarás el paisaje natural y la naturaleza salvaje

Defenderás la vida de los árboles y de los animales.

LA SEMILLA

Todo pasa en la vida,

El amor y la muerte,

Y es nada la fortuna.

Que si algo queda:

Es la voz y el verbo,

El valor del alma.

Que si algo queda

Más allá del tiempo

Es la memoria.

Es la huella eterna

De quién lo dio todo

Sin esperar nada.

Que si algo queda

Es el sol y la semilla,

Es el mar y el viento.

Es el nombre y valor 

De quién dio su vida

Por el amor y la vida.

...

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