25N: la violencia contra las mujeres no cesa

Como podremos comprobar, a pesar de la propaganda oficial, la violencia machista continúa siendo un problema de primera magnitud. Las cifras hablan por sí mismas.

Cifras espeluznantes de violencia contra la mujer

Desde el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Aragón (STEA) suscribimos el manifiesto de la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical. En él, se destacan cifras espeluznantes: 77 mujeres asesinadas este año (la cifra oficial de 39 excluye a las que lo han sido fuera de las relaciones de pareja), 950 desde que se inició el conteo de la estadística.

STEA quiere llamar la atención, así mismo, sobre el alarmante crecimiento del número de menores asesinados por sus padres: 8 niñas y 2 niños. Indican que las cifras fueron recogidas a día 5 de octubre en la web feminicidio.net y que probablemente hayan aumentado ya que el terrorismo machista es una lacra social que no recibe la importancia que merece desde la mayoría de la sociedad. Desde STEA destacan de la encuesta del CIS, que la violencia hacia las mujeres ocupa lamentablemente un rezagado puesto: el 18 en la percepción de los principales problemas de España.

El origen: una sociedad patriarcal

El origen está en una sociedad patriarcal donde el varón, por el simple hecho de ser hombre, nace con unos privilegios que las mujeres no conseguiremos sin una gran lucha y una gran revolución. Todavía es común ver en la sociedad la apreciación de que la violencia hacia las mujeres en las relaciones de pareja es "algo privado y donde no debemos meternos". También está socialmente instaurada la idea de que la mujer pasa a ser "dependiente" del marido en cuanto comienzan las relaciones de pareja. Los estereotipos patriarcales están tan enraizados que es difícil erradicarlos.

El único camino para erradicar la violencia es un cambio social donde las mujeres tengamos los mismos derechos y seamos consideradas ciudadanas de primera, como los hombres. Una sociedad donde no sea necesario hablar de las cuotas para que las mujeres asuman puestos de responsabilidad en las empresas, una sociedad donde no se cuestione continuamente la valía de las mujeres y donde no se nos someta a un escrutinio de nuestro aspecto físico y donde los roles sexistas desaparezcan.

Una sociedad donde la justicia patriarcal no exista y nos sintamos realmente protegidas, porque ¿qué mujer que está sufriendo violencia machista va a denunciar si aquellas personas que nos tienen que proteger no tienen perspectiva de género y automáticamente nos tratan como culpables y no cómo víctimas?

El movimiento feminista ha llegado para cambiar

Las mujeres estamos hartas de ser ciudadanas de segunda, estamos hartas de que no se nos tenga en cuenta y no se nos valore, estamos hartas de estar siempre cuestionadas y continuamente examinadas. Por eso estamos tomando las calles y nos estamos haciendo oír, nos estamos aliando porque sabemos que juntas somos más fuertes. Salimos a la calle el pasado 8 de marzo para demostrar que sin nosotras el mundo se para. Ocupamos las calles para denunciar la justicia patriarcal en casos como el de "la manada" o "Juana Rivas", vigilamos y denunciamos todos y cada uno de los casos de violencia que sufrimos las mujeres.

El movimiento feminista ha llegado para cambiar esta sociedad y no cejaremos en nuestro empeño hasta que los consigamos. Somos mujeres, estamos acostumbradas a luchar para conseguir nuestro lugar en el mundo y así seguiremos. No estamos solas, somos muchas, tanto dentro como fuera de este país, no olvidemos a las compañeras argentinas que siguen en su lucha por conseguir un aborto libre, seguro y gratuito, y que han conseguido apoyos de mujeres de todas las partes del mundo.

Queremos que las violencias machistas sean consideradas un problema social importante y ahí como docentes tenemos un papel relevante, educando desde la perspectiva de género a las nuevas generaciones. Porque es fundamental visibilizar el problema para darle soluciones y concienciar a la sociedad y exigir formación en igualdad en los centros educativos para evitar transmitir estereotipos sexistas, así como una formación en feminismo para todas las personas que intervienen con mujeres víctimas de violencias machistas.

Las mujeres juntas, libres y combativas acabaremos con la violencia patriarcal.

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