2021 Año Europeo del Ferrocarril y 120 de la línea Sagunt-Teruel-Calatayud

Por si no lo sabían o no lo recordaban, el pasado 16 de diciembre de 2020, a propuesta de la Comisión, el Parlamento Europeo (donde entre 59 eurodiputad@s español@s hay una aragonesa) declaró este 2021 Año Europeo del Ferrocarril. Y precisamente también este año, el día 1 de julio se cumplen 120 de la primera locomotora que llegó a la estación de Teruel procedente de Sagunt camino de Calatayud, gracias a la Compañía belga Société Genéralé pour favoriser l’Industrie Nationale (luego rebautizada Central de Aragón), cuyo trabajo se distinguió no solo por la austeridad y pragmatismo de diseño en los …

fotografía de la firma de Lucía Pérez autora de artículo como el de Dolores o el de la Central de Andorra

Por si no lo sabían o no lo recordaban, el pasado 16 de diciembre de 2020, a propuesta de la Comisión, el Parlamento Europeo (donde entre 59 eurodiputad@s español@s hay una aragonesa) declaró este 2021 Año Europeo del Ferrocarril.

Y precisamente también este año, el día 1 de julio se cumplen 120 de la primera locomotora que llegó a la estación de Teruel procedente de Sagunt camino de Calatayud, gracias a la Compañía belga Société Genéralé pour favoriser l’Industrie Nationale (luego rebautizada Central de Aragón), cuyo trabajo se distinguió no solo por la austeridad y pragmatismo de diseño en los edificios, sino también y sobre todo por haber introducido y aplicado una serie de importantes mejoras e innovaciones técnicas en la maquinaria, seguridad vial y tendido de esta línea, que la situaron en aquel momento a la vanguardia del ámbito ferroviario español.

Así pues, tanto esta declaración de las instituciones comunitarias para impulsar el tren, el medio de transporte más sostenible y seguro, como la puesta en funcionamiento del avanzado ferrocarril que cruzaba nuestra provincia de sur a Noroeste, se deben a iniciativas europeas. Y frente a ellas, ayer y hoy en Teruel se evidencia el grado de irresponsabilidad política, económica, ética y moral de los gobiernos nacional y autonómico que “sin prisa pero sin pausa” han conseguido precarizar escandalosamente esa línea turolense. Incalificable.

No existen en el Diccionario de la Real Academia adjetivos capaces de definir y explicar tales conductas gubernamentales. Sin embargo parece “normal” observando la trayectoria seguida en nuestro país por la práctica totalidad de Ministerios y Consejerías que, como obedientes fans de la apariencia (ahora llamados followers), para contentar a un número de influencers y accionistas pasan por encima de las Leyes o las maquillan, manipulan documentación, incumplen firmas oficiales y plazos, perpetúan las desigualdades y desequilibrios, pisotean la Historia, la justicia, los derechos humanos o la pervivencia de los pueblos y territorios con un descaro e indolencia sin límites ni freno, descatalogando o desestimando el valor y la contradicción legal de cuánto, cómo, dónde y qué Patrimonio Cultural, Natural y Social destruyen o dejan perder diariamente. Es marca Ñ, ¿de maño y España?

¿Para qué gastar tiempo refiriéndonos a quienes, insensibles, vulnerando los principios éticos y morales supuestamente inherentes al desempeño de cualquier cargo institucional, NO HAN cumplido sus promesas ni compromisos con el ferrocarril de esta provincia ni están haciendo a la urgencia que merece lo que corresponde siquiera por un mínimo sentido de la decencia y simple imagen internacional? Todos los conocemos. Pero el momento no es uno más. Urge. Nos estamos jugando la VIDA en cada omisión, retraso y avarienta decisión.

Quiero recordar e insistir en el origen europeo de la principal línea turolense porque sorprende que a estas alturas del año ferroviario, ni el Torico haya elevado un leve mugido mencionando la declaración comunitaria ni haya enviado unas líneas colectivas al reino de Bélgica agradeciéndole su decisiva contribución histórica a la existencia de este medio de transporte en nuestra provincia aunque, antes de un sospechoso provincidio, esas líneas pudieran ser -como escribió Neruda- las primeras y últimas palabras que recibieran de un pueblo bien nacido y aunque junto a ellas, tal vez no estuviera de más recurrir nuevamente con un angustiado SOS a su amparo y gobernanza, visto cómo nos luce la calva con los mandatarios y ricoshombres aragoneses que tenemos proclamando a todo sol y viento su renovado apego de boquilla y bolsillo hacia los cuatro elementos de esta tierra.

Por eso dejo la anterior sugerencia al criterio popular al mismo tiempo que recomiendo e insto a los turolenses la lectura pausada y reflexiva de la Decisión (UE) 2020/2228 del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de diciembre de 2020, relativa al Año Europeo del ferrocarril. No tiene desperdicio.

Tras haberla leído, subrayado y comparado con nuestra situación, cabría preguntar sin ningún miedo ni reparo si Teruel, ¿es Europa? Y con ella en la mano, hacer uso de los derechos y obligaciones ciudadanos para reclamar a los políticos que mejor nos cuadren en cada institución y foro provincial, autonómico, nacional y europeo, la exigencia de una inmediata puesta en marcha del texto y su puntual cumplimiento antes del 2030. Sencillamente que hagan su trabajo sin un minuto de demora más: ahora la vida se nos escapa con zancadas de Gulliver.

Eso SÍ forma parte de una buena política energética renovable que debe partir y contemplar la obra histórica también realizada por la ingeniería belga hace 120 años, cuyo modélico conjunto de edificios, caminos y entornos han de mantenerse siguiendo los principios legales de conservación integral, mejora y reutilización exigibles para el Patrimonio cultural, porque este ferroviario e industrial también lo es seguramente más que ningún otro, es el de los ciudadanos.

Dejemos de pensar que el patrimonio cultural es “cosa de ricos”, “producto para mercadeo turístico” y “oferta para tiempo de ocio y vacaciones”. Esa idea caduca es la que favorece su vulgarización comercial –no democratizadora- y nos convierte a sus propietarios en meros empleados de los potenciales visitantes. Por encima de cualquier otra consideración y meta, el Patrimonio cultural es el relato de nuestra historia individual y colectiva en el que se reflejan la imagen, voz, conocimientos, enseñanzas y obra de generaciones anteriores, es también nuestro legado al futuro y ese es el principal motivo por el que hemos de mantenerlo, defenderlo y reivindicar su continuidad. Por y para NOS-OTROS. Con sus luces y sombras es una prueba irrefutable de memoria, el aval de nuestra existencia contra el olvido histórico.

Así pues, no es momento de bromas. Lean, vean, comparen, fotografíen y llenen con sus quejas y demandas documentadas, basadas en la legislación que a todos debe ampararnos, los correos de prensa, ministerios, despachos e instituciones.

Porque en efecto es tiempo de renovables, Sí, desde luego es fundamental RENOVAR, tanto o más que las tecnologías, las mentalidades, costumbres, metodologías y mucho más es tiempo de LIMPIAR esta tierra de “gramáticos pardos”, viciosos hábitos, acciones y proclamas patrioteras de boquilla y bolsillo.

Es tiempo de una verdadera “nueva normalidad” ferroviaria turolense en este año Europeo, es el momento de renovar el tren “comme il faut” lo PRIMERO. El tren, que es una necesidad común de toda la ciudadanía sin edades ni pertenencias a este o aquel partido. Un Patrimonio.

Creo firmemente que solo desde la firmeza y la constancia argumental de una sola voz dejando siglas, nombres, banderolas y pancartas al margen, seremos capaces de conseguir que Teruel y su tren vuelvan a ser Europa, porque aquí los protagonistas somos TODOS.

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