Hipótesis Baturrismo

“El capitalismo (…) no avanza eliminando las culturas tradicionales, sino apropiándose de ellas, reestructurándolas, reorganizando el significado y la función de sus objetos, creencias  y  practicas (…) A fin de integrar a las clases populares desestructuran las culturas étnicas, de clase y nacionales y las reorganiza en un sistema unificado de producción simbólica regida por una lógica mercantil…”. Nestor García. Afortunadamente, este año no ha habido polémica sobre la Virgen del Pilar, una situación que nos produce una manifiesta incomodidad a los que apoyamos el Ayuntamiento del Cambio porque pone el dedo en la llaga de los límites del populismo …

El capitalismo (…) no avanza eliminando las culturas tradicionales, sino apropiándose de ellas, reestructurándolas, reorganizando el significado y la función de sus objetos, creencias  y  practicas (…) A fin de integrar a las clases populares desestructuran las culturas étnicas, de clase y nacionales y las reorganiza en un sistema unificado de producción simbólica regida por una lógica mercantil…”. Nestor García.

Afortunadamente, este año no ha habido polémica sobre la Virgen del Pilar, una situación que nos produce una manifiesta incomodidad a los que apoyamos el Ayuntamiento del Cambio porque pone el dedo en la llaga de los límites del populismo y de lo popular en la construcción de un sujeto de cambio.

Uno de los aspectos de este malestar es que no existe un “afuera” del sujeto pueblo, un afuera desde el que mantener una distancia crítica y poder abarcarlo, a no ser que se establezcan determinaciones morales, cuasi religiosas, el pueblo es una totalidad casi a la manera hegeliana y otro problema es que la cultura hegemónica, la capitalista,  avanzó y avanza en su fase “moderna” reduciendo “lo popular” a “lo típico”, vaciándolo de contenido de culturas de fraternidad, de lo común que le eran coherentes antes de la mercantilización y la introducción de propiedad privada.

Las culturas populares se comportan como sólidos obstáculos a la mercantilización ya que son, en sus prácticas, al mismo tiempo y de un modo dialéctico, subalternas y antagonistas a la “liquidez “ de flujos que necesita el capitalismo El capitalismo necesita pues disolver las culturas populares desde un primer momento y hacerlas funcionales a su mercantilización. Un sólido es finitamente indeformable (ofrece resistencias) y, por lo tanto, informable (guarda memoria), un fluido se comporta al revés son deformables y no guardan memoria (J. Ibáñez). De algún modo solo lo fluido puede formar parte del capitalismo y muchos más del capitalismo globalizado. Todos entendemos la importancia para el mercado y para las clases dominantes de desdibujar las memorias de las resistencias populares.

Este trabajo es al que asistimos hoy en día, si el baturrismo era el resultado de la primera mercantilización: cerramientos de campos y expulsión de las clases populares del campo a la ciudad (acumulación originaria) y a la consiguiente desestructuración de sus “culturas rebeldes”, la actual “sobreactuación baturra” en plena sociedad del espectáculo, es un paso más… y allí va mi pequeña hipótesis que, merece y necesita, aportes y debate.

El Baturrismo hoy (bizarro o escolástico) es el simulacro reaccionario, obviamente banal e inserto en el espectáculo de una "identidad aragonesa" congelada en el momento en el que la burguesía se apropia de la cultura popular y la cosifica: en la "modernidad", y que, ha tenido una hipertrofia malsana en la posmodernidad, (entendido simulacro como la copia exacta de un original que nunca existió.) Esta representación oculta, como en un espejo de feria, la realidad del espacio, de la historia y de la política generados por los diferentes sujetos políticos, económicos, históricos (y génesis de diversas identidades colectivas) que realmente han actuado (y actúan) a lo largo de la historia y del territorio de este país, de Aragón... devolviéndoles, este espejo y como un fantasma, siempre una imagen banal, dineyficada de si mismos, convertida en mercancía. Mercancía en cuanto ya sólo son representación y, deben ser "aprehendidos" por el público, por los espectadores, en los términos, en los containers comunicativos globalmente unificados, que los media (y por lo tanto el mercado) consideran aceptables.

El pueblo se ha disuelto en lo castizo y lo castizo se ha amoldado al espectáculo global, y lo deja casi sin capacidad de dialogo cultural y, de ahí y bajo la egida del populismo, aceptamos esa mercantilización de un modo acrítico ya que no hay lugar fuera del pueblo desde donde lanzar la crítica a este proceso sin situarse fuera del Pueblo, es decir, de Dios sólo si una respuesta popular desborda esa fetichización. Una respuesta que surja de las necesidades sociales, no de sus abstracciones, y que se construya desde una nueva identidad, desde abajo, que responda a la práctica del “movimiento real que destruye al orden establecido” en Aragón.

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