Yemen colapsa tras ocho años de guerra

Más de dos millones de niños y niñas sufren desnutrición aguda y aumentan el matrimonio forzoso y el abandono escolar. Oxfam Intermón pide que la comunidad internacional se vuelque para lograr una paz duradera.

miseria
Foto: Comunidad Hajjah | Oxfam Intermón

Mientras Yemen entra en su noveno año de guerra, su pueblo se enfrenta a una crisis humanitaria devastadora con más de dos millones de niños con desnutrición aguda. La depreciación de la moneda, una economía al borde del colapso y fuertes aumentos en el coste del combustible y otros productos básicos sitúan a millones de yemeníes en peligro de sufrir un hambre catastrófica. Más de 17 millones de personas experimentan altos niveles de inseguridad alimentaria y el 75% de ellos son mujeres, niñas y niños.

El domingo, 26 de marzo, se cumplen ocho años desde la escalada del conflicto en Yemen. La tregua temporal negociada por la ONU expiró en octubre y, aunque se ha mantenido en gran medida, persiste la incertidumbre sobre el futuro político y económico de Yemen.

El conflicto ha devastado el país. Más de 19.000 personas han muerto y millones más se han visto obligadas a huir de sus hogares. Más de 21,6 millones de personas, dos tercios de la población, necesitan asistencia humanitaria y protección, pero hasta ahora los donantes han comprometido solo un tercio de lo que se necesita y se ha recortado el apoyo que se ofrece a la población.

 “La gente de Yemen está exhausta por la guerra”, dice Ferran Puig, director de Oxfam en Yemen: “El aumento de los precios de los alimentos y los salarios impagados significan que incluso los alimentos básicos han quedado fuera del alcance de muchas personas en Yemen”.

“Los donantes no deben dar la espalda a la que sigue siendo una de las crisis humanitarias más graves del mundo”, continua Puig: “Ya es hora de que los líderes mundiales ejerzan una presión real para que todas las partes vuelvan a sentarse a la mesa para poner fin al conflicto de forma permanente”.

Crisis del coste de vida

Yemen se ha visto muy afectado por el empeoramiento de la crisis alimentaria mundial. Desde el año 2015 los precios del trigo han aumentado entre el 300% y el 600% según la zona. También el precio del gas ha subido casi un 600% desde el comienzo de la guerra y muchas familias se ven obligadas a utilizar residuos plásticos como combustible para cocinar, con gran peligro para su salud.

Yemen importa el 90% de sus alimentos, incluido el 42% de su trigo de Ucrania. Los importadores han advertido de que el aumento global de los costes pondrá a prueba su capacidad para asegurar las importaciones a Yemen. En un país donde el pan es el grueso de la alimentación diaria, esto podría empujar a millones de personas hacia la inanición.

“Todo cambió cuando comenzó la guerra. De repente perdimos las únicas fuentes de ingresos que teníamos”, explica Eman de 38 años y madre de tres hijos. “Las cosas fueron de mal en peor. Vivimos en un infierno. Sin dinero ni manera de superar los días. Casi todas las personas que conocemos se han visto afectadas”.

Impacto en los hogares

Muchas personas en Yemen han tenido que adoptar mecanismos negativos para sobrevivir. Las familias han reducido la cantidad y calidad de los alimentos que consumen. Hay 2,2 millones de niños y niñas menores de cinco años que sufren desnutrición grave.

Muchas familias se ven obligadas a endeudarse para pagar alimentos y medicamentos básicos. Otros han vendido todo lo que tenían: ganado, propiedades o maquinaria. Los hogares más gravemente afectados son los encabezados por mujeres, que representan el 26% de la población más necesitada. Muchas niñas han tenido que abandonar la escuela o se han visto sometidas a matrimonios forzosos o a la mendicidad.

Alrededor del 56% de los cuatro millones de desplazados internos no tienen ninguna fuente de ingresos. Las mujeres , las niñas y los niños, que constituyen alrededor del 77% de la población desplazada, son quienes corren el mayor riesgo de morir de hambre.

Respuesta internacional

La necesidad crece y la falta de recursos para responder tiene consecuencias devastadoras. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU se ha visto obligado a reducir la cantidad de ayuda que proporciona a la población. La última conferencia de donantes celebrada recientemente concluyó con un compromiso colectivo de menos de un tercio de la cantidad necesaria (1.200 millones de dólares de los 4.300 millones necesarios).

Oxfam Intermón pide a la comunidad internacional que proporcione la financiación adecuada para proporcionar ayuda vital, un paquete económico de rescate para estabilizar la economía y mayores esfuerzos para negociar una paz integral y duradera.

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