Unas 200 personas protagonizan el éxodo rural que provocaría la instalación de placas solares en A Fueva

Alrededor de 200 personas respondieron este sábado en Samitier a la convocatoria de la plataforma contra el macropoyeecto que se quiere desarrollar en A Fueva

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Recreación del éxodo en A Fueva que provocaría la llegada de las renovables. Foto: Marta Montmany.

Unas 200 personas se juntaron en la concentración contra la placas en A Fueva. "Yo no quiero volver a vivir una experiencia como la del pantano. Quiero seguir viviendo aquí que es el territorio donde nací y dónde se criaron mis hijos y mis nietos".

A Rosa, esto de las placa solares en principio le sonaba bien: "Nos han dicho que es energía limpia y, como ahora dicen sostenible", subraya. Esta mujer sueña incluso con ponerse unas placas al lado de su casa para poder garantizar el autoconsumo.

Pero una cosa son unas placas y otras el macro proyecto planteado para La Fueva por la empresa, un total de 400 hectáreas con una potencia de 150 megavatios. Es decir, de realizarse el plan fotovoltico se modificaría el paisaje fovano. Los campos de cultivo y prados se convertirían en terrenos llenos de homigón, hierro y cristales.

Alrededor de 200 personas respondieron este sábado en Samitier a la convocatoria de la plataforma contra el macroproyecto que se quiere desarrollar en A Fueva.

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Protesta en A fueva. Foto: Marta Montmany.

Provistas de maletas y llegadas en autobús desde Tierrantona y en coches particulares desde los distinto pueblos del municipio, las personas convocadas representaron para un corto audiovisual el papel emigrantes cuyo éxodo tiene que ver con la expulsión de población que supondría ejecutar el macroproyecto. El video se rodó en Saimiter cerca de una instalación de placas solares pero de una extensión de una hectárea, lo que encaja dentro de los que es una explotación sostenible. En el video, realizado junto al pantano de Mediano, se confronta el éxodo del embalse en los años 60 con el que se produciría si el macroproyecto se llevara a cabo.

"Hoy estamos aquí, junto al pueblo de Mediano, como un testigo vivo del castigo que sufrió nuestra Comarca en pos del progreso: Las gentes de los territorios de montaña debían entender que sus casas y campos, sus recuerdos y sueños, acabaran bajo las aguas de un pantano para poder producir energía y desarrollar regadíos o cultivos más abajo". Así empezaba el manifiesto leído por Carlos Espluga, miembro de la plataforma contra las placas.

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Protesta en A fueva. Foto: Marta Montmany.

"Hoy, 52 años después, el quizá mal llamado progreso –se siguió oyendo en la montaña de Samitier- vuelve a tocar la puerta del mundo rural, volviéndonos a pedir nuestro esfuerzo, tierra y futuro para instalar un nuevo pantano, en esta ocasión, de cristal y chapa".

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Protesta en A fueva. Foto: Marta Montmany.

"Debemos hacer entender –se señaló por último- a administraciones y empresas eléctricas que el progreso es desarrollar proyectos que llenen nuestras escuelas, que incentiven la puesta en valor de los productos locales o que ayuden a quienes quieren montar una empresa para vivir aqui y crear puestos de trabajo. El progreso es que hoy podamos generar electricidad allí donde se consume y no la ocupación de terrenos para la generación eléctrica para su posterior distribución y consumos a cientos de kilómetros de aquí".

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