Un adiós a lo Rolling Stones

Esta podría ser una crónica más sobre el directo de los Rolling Stones en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Podríamos contar que tocaron temas que han marcado a varias generaciones, como Angie o Start Me Up. Que Mick Jagger está hecho un chaval a pesar de tener 71 años, los mismos que Keith Richards, del que podríamos recordar que ha sobrevivido a una vida de excesos y a ni más ni menos que a la caída desde un cocotero. O que dieron el mejor concierto que han ofrecido en en el Estado español hasta la fecha, como repetían a …

Mick Jagger, junto a Ronnie Wood y Keith Richards en el concierto del Bernabéu
Mick Jagger, junto a Ronnie Wood y Keith Richards en el concierto del Bernabéu
Charlie Watts, Ronnie Wood, Mick Jagger y Keith Richards en el concierto del Bernabéu.

Esta podría ser una crónica más sobre el directo de los Rolling Stones en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Podríamos contar que tocaron temas que han marcado a varias generaciones, como Angie o Start Me Up. Que Mick Jagger está hecho un chaval a pesar de tener 71 años, los mismos que Keith Richards, del que podríamos recordar que ha sobrevivido a una vida de excesos y a ni más ni menos que a la caída desde un cocotero. O que dieron el mejor concierto que han ofrecido en en el Estado español hasta la fecha, como repetían a la salida algunos de los 50.000 asistentes que pisaron el estadio este miércoles.

Pero este texto también juega con la hipótesis: es, probablemente, el último que se escribirá en este medio sobre un concierto de los Rolling Stones en el Estado. Todo porque el de anoche pudo ser el final de la banda inglesa sobre un escenario estatal. Una razón que por sí sola le vale la comparación con el otro gran show del conjunto de Mick Jagger en Madrid, aquel del Vicente Calderón celebrado un día de San Fermín de 1982.

Dada la excepcionalidad del evento, la retahíla de párrafos que se limiten a una secuencia cronológica está descartada. Casi mejor reflexionar sobre qué ha supuesto la banda inglesa para la música. O sobre cómo dejaron al público que pagó un buen dinero para poder verles. Ese entre el que se encontrarán veinteañeros, treinteañeros o hasta sexagenarios que ya podrán decir que en un momento de su vida vieron a cuatro tipos de Inglaterra de 70 años dar un concierto inolvidable. Un adiós de la mejor manera, a lo Like a Rolling Stone de Bob Dylan, que también se escuchó tras ser la elegida por el público en las votaciones de la web oficial del grupo.

Y es que los 50 años de directos y discos de los Rolling Stones no han evitado que sean hereditarios. En el Bernabéu había ancianos, algunos en las primeras filas, que buscaban recordar algunos de sus mejores años con temas como Sympathy for the devil; también estaban sus hijos, a los que les pertenece Start me up; o los nietos, que han llegado cuando todo estaba inventado y sin necesidad de aprender canciones nuevas. Tres generaciones que, por una razón u otra, han acabado compartiendo pasión por "la mejor banda del planeta", como recordó Leiva, el telonero del grupo de Jagger, que hizo una actuación correcta y a la vez cumplió el sueño de todo músico, que no es otro que telonerar a estos septuagenarios.

Su ventaja es que la edad no pasa por su música, y todos y cada uno de los 19 temas que sonaron en Madrid durante dos horas y 10 minutos lo hicieron de manera brillante. Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood, Charlie Watts y sus acompañantes sobre el escenario se encargaron de ello, al motivar a un público que tenían ganado de antemano. Tampoco faltó el par de momentos para que Richards cantase, o la colaboración de Mick Taylor. La ausencia de estridencias y la sencillez del escenario hicieron el resto, al que solo acompañaron unos pocos fuegos artificiales en el principio Jumpin' Jack Flash y cuando se acercaba el cierre de Satisfaction.

Estas dos formaron parte de un repertorio inmejorable para este previsible adiós, con Brown Sugar y Angie en plan estelar. Todas las canciones eran susceptibles de ser 'víctimas' del aumento de duración tan habitual en Jagger y sus compañeros durante cinco décadas. Unos acordes que se extendían hasta que alguno de ellos se cansaba de ver al público aplaudir, saltar o cantar. Algo que en algún momento agradecían los de la parte menos propicia de la pista del Bernabéu, que por el calor y los empujones hubiesen deseado para sí poder cambiarse varias veces como hicieron los miembros de los Stones. Aunque fuese con las chaquetas extravagantes del líder de la banda.

Este público, el que tuvo que soportar un colapso inexplicable para poder comprar sus entradas, logró al fin redimirse de aquel día en el que temieron quedarse sin sus deseados pases para la última ocasión de ver a los Stones en territorio estatal. "Han sobrevivido en lo más alto y nadie sabe cómo, pero parece que esta vez ya será la definitiva", decía un asistente al concierto, convencido de que esta ocasión no podía quitársela nadie. Ni siquiera una mala planificación a la hora de la venta de tickets. "Ojalá vuelvan, pero mi abuelo con 75 años apenas puede moverse... A esta edad, un par de años son determinantes", sentenciaba.

Los Rolling Stones han tardado cinco años en volver a girar por todo el mundo. Si la tendencia se repite, Jagger, Richards y Watts tendrán ya 76 años, y Wood 72. Está por ver si a esa edad estos hombres, que podrían ser abuelos de más de la mitad del aforo del recinto que llenaron en Madrid, se atreverían a volver a la carga por los estadios más grandes del planeta. Por si acaso, lo del Bernabéu en este 25 de junio de 2014 va a pasar a la historia de forma obligatoria. En sus manos está reescribir la historia. Al menos esta fecha sirve de despedida.

Por Jesús Travieso | Publicado en ElDiario.es

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