Seguramente pueda parecer una idea loca: hacer un festival de cine internacional en un campo de refugiados. Las películas solo se pueden proyectar de noche, en las lonas de grandes camiones, y el cine vuelve a ser una experiencia colectiva. Mirar a través de un gran ojo que pone el foco de atención en la situación que vive el Pueblo Saharaui y las violaciones de derechos humanos derivadas de la ocupación por parte del Reino de Marruecos.
Tras 17 ediciones, el FiSahara ha traído una muestra de las obras que se proyectan en Tindouf a la Filmoteca de Zaragoza. De la mano del Observatorio Aragonés para el Sáhara Occidental y la asociación Nómadas, con financiación del Ayuntamiento de Zaragoza, este fin de semana se han podido ver películas y documentales que narran la vida en los campamentos, en los territorios ocupados y también en el exilio.
Usted no solo es director del festival de cine FiSahara, también de la escuela de cine que se ubica en los campamentos ¿Qué es más complicado? ¿Organizar un festival internacional o conseguir formar a futuros cineastas en un contexto tan complejo como son los Campos de Refugiados?
Es más difícil formar futuros cineastas porque la vida en un campo de refugiados es una continua supervivencia y que se dediquen al cine sabiendo que no podrán vivir de esto … Tiene que gustarte mucho pero, además, crearles las condiciones idóneas es mucho más difícil.
¿De dónde surgió la idea de crear la escuela de cine Abidin Kaid Saleh?
Surge a raíz de los talleres que se hacían en las primeras ediciones del festival de cine FiSahara que se organiza en campamentos
¿Qué diferencia va a haber entre proyectar las películas en los Campamentos de Refugiados saharauis en Tindouf y verlas en la Filmoteca de Zaragoza? ¿Cómo es el ambiente en cada uno de los casos?
Proyectar las películas en la filmoteca de Zaragoza es uno de los fines para los que hacemos cine en los campamentos: para poder proyectarlo fuera y que el cine sea la ventana desde la cual nos asomamos al mundo y que otras personas nos conozcan a través del cine. Proyectar en los campamentos es para concienciar sobre la importancia del cine como herramienta para dar visibilidad a nuestra causa.
Con 17 ediciones del FiSahara a las espaldas ¿Qué es lo que todavía no se ha narrado en el cine sobre el Pueblo Saharaui?
Aún queda mucha historia por narrar sobre el Sahara por parte del cine. Pero no hemos venido solo para narrar sino también para conservar, ya que la nuestra es una cultura oral y habrá que documentarla y contarla a las generaciones que han nacido en el exilio y al mundo que la desconoce.
¿Qué trabajos audiovisuales le han conmovido más en la última edición del festival? ¿Qué película o documental no debemos perdernos?
Los trabajos que me han conmovido en esta última edición son varios pero por mencionar alguno concreto diré Wnibik. Es de un director argelino, un documental que cuenta como un grupo de alumnos de la escuela de cine saharaui documenta la historia de su pueblo. ¿Cómo documentar como se documenta? Y durante el documental se cuenta la realidad que vive el pueblo saharaui. Quiero invitar a todo el mundo a asistir a las proyecciones que se harán en la filmoteca de Zaragoza este fin de semana, estoy seguro de que les gustarán los cortos que se van a proyectar.
¿Recuerda cuál fue la primera película que vió en el cine? ¿Y la última? ¿En qué circunstancias se encontraba en cada momento?
Mi relación con el cine empezó muy pronto en mi vida: allá por los años 80, en un escuela internado nos proyectaban películas con diapositivas. Aún recuerdo el ruido que hacía el aparato que movía diapositivas. Era una película de acción no recuerdo su título, pero recuerdo toda la historia de la película.
La última película que he visto ha sido esta noche se llama “Sukeina 4400 días de noche” que recomiendo mucho y está producida aquí en Zaragoza, dirigida por Laura Sipán y producida por el Observatorio Aragonés para el Sáhara Occidental.
¿Concibe el cine como arte, como herramienta de transformación social, como testigo de la historia... o todo ello a la vez?
Todo ello a la vez y mucho más. El cine es mágico y es necesario hacerlo y consumirlo.
Muchísimas gracias por darme la oportunidad para poder hablar de esa herramienta nueva que el pueblo saharaui ha implementado para que se le reconozca su derecho a existir.
