Todavía tendremos multitud de encuestas, la mayoría con el objetivo de influir en el voto y, sobre todo, en el voto de izquierdas apelando al miedo. La encuesta es un instrumento que, sibilinamente, excusándose en una pretendida libertad de prensa, intenta desviar el voto, casi siempre en un solo sentido: hacia el conservadurismo en función del miedo al futuro.
