Tras la apertura del primer vuelo comercial desde Madrid hasta la turística ciudad saharaui, el periodista, junto a dos activistas de CEAS-Sáhara, pretendían realizar “una misión de observación” en la ciudad saharaui de Dajla, pero las fuerzas de ocupación marroquíes, tras intimidarles, les expulsaron. El régimen alauita “quiere hacer de Dajla un Benidorm a lo marroquí, explotarlo turísticamente con playas vistosas, surf y viajes en camello”.
