El 16 de diciembre de 2020 el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea aprobaron la Directiva 2020/2184 relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano. Esta normativa sustituyó a la entonces vigente que databa de 1998 “y que estaba, a todas luces, desfasada”, señalan desde la RAPA.
