Pomer, un pequeño pueblo de la actual comarca del Aranda, contaba con 448 habitantes. Vio mermada su población por la sublevación fascista, los primeros en caer fueron los miembros de la corporación municipal. Este sábado, en un emotivo acto se ha procedido a darles digna sepultura a la sombra de un monolito donde sus nombres figuran para dar justo testimonio de la barbarie humana.
