Desde la FAS señalan que “el cambio en los gobiernos, en la DGA y en algunos municipios, ha venido de discursos y prácticas que limitan las políticas de cooperación al desarrollo, a través de los recortes en los fondos destinados a la solidaridad internacional y a través de los discursos que los justifican y que explican una nueva orientación de los escasos fondos”
