La ideología neoliberal lleva décadas desprestigiando al empleado público y poniéndole todo tipo de etiquetas negativas, como si además muchas de las ineficiencias de la Administración fueran responsabilidad de los curritos que llevan a cabo el trabajo y no de quienes les dirigen. Sin embargo, la caricatura que la propaganda neoliberal hace del trabajador público tiene poco que ver con la realidad de unos servidores públicos que, como el resto de la clase trabajadora, se ganan dignamente la vida con su trabajo y ofrecen lo mejor de sí mismo, como bien hemos podido comprobar en los peores momentos de la …
