Igual que molestos herpes reaparecen periódicamente en los medios de comunicación para mortificarnos con sus teorías de iluminados. Como si de una carrera de relevos se tratase, a los seguidores de la teoría de la creación, no les importa lo más mínimo retorcer la verdad con tal de llegar a conclusiones que sustenten sus especulaciones. Tampoco se arredran ante la fragilidad de sus razonamientos (si se les puede llamar así). El caso es defender a la franquicia eclesiástica católica luchando con denuedo por los intereses de la curia.
