El presidente de Aragón y del PP, Jorge Azcón, está jugando una partida de ajedrez contra algunos de los poderes fácticos del país, esos que le auparon a golpe de gomina, primero a la alcaldía de Zaragoza y ahora a la presidencia de la DGA, porque según alguno de sus detractores internos “aspira a algún puesto en Madrid, en el partido -PP- o institucionalmente, algo que no ven con buenos ojos desde el Heraldo”
