Con un cinismo superlativo, la ultraderechista de Vox Marta Fernández, ha exigido en sus primeras palabras en el Parlamento aragonés “respeto a las opiniones contrarias” y “buenas formas”, sorprendente petición de quien ha destacado, es el único mérito político que se le conoce, por insultar, difamar, y extender su mensaje de odio contra sus rivales políticos y minorías sociales acosadas por la ultraderecha.
