La defensa del río Aragón está enmarcada en la lucha contra los trasvases y el recrecimiento de Yesa. La renuncia a aumentar el agua embalsada en Yesa es básica para garantizar la seguridad aguas abajo, cumplir de forma efectiva la Directiva Marco del Agua y preservar el buen estado de un río ya depredado en más del 50% de su aportación.
