Ya parece definitivo y ya era hora: la térmica de carbón de Andorra echa el cierre y ya veremos que se hace con todos los excedentes de carbón que andan pululando por allí y por muchas otras instalaciones. Es de estas industrias muy sucias que, una vez sacado el oportuno beneficio del territorio, tienden a olvidarse de él. Ya era hora porque simplemente no quedaba otro remedio, ni tenía sentido la agonía de la industria carbonífera que se sabía condenada, pese al empeño en negar la realidad. El carbón es un combustible abocado a la desaparición desde hace tres décadas …