Los derivados del maíz de consumo humano, jarabes de glucosa, almidones, maltodextrinas, sémolas, etc. están presentes en la alimentación infantil, salsas, aderezos, helados, yogures, cervezas, cremas, embutidos, pastelería y en un sinfín de productos. Este maíz convencional está reconocido por el mercado consiguiendo mejor precio que el destinado a pienso por lo que se convierte en una buena alternativa para la rentabilidad del productor. Los miedos del agricultor a las 'plagas' de taladro, virosis, etc, se han aprovechado para introducir maíces insecticidas Bt (OMG) que por su carácter contaminante dificultan la producción del maíz de consumo humano y ecológico. No …