Corren malos tiempos. Contra toda revolución que reivindica derechos, ya sean sociales o de otra índole, cambios legislativos de importante trascendencia, en general todo aquello que suponga hacer tambalear un asentado y establecido orden donde siempre hay quien somete y a quien se somete, aparece lo que en EEUU llaman backlash, que castellanizado significa contramovimiento. Y en ésas nos andamos, como no podía ser de otra manera en materia de mujeres. Una crisis económica en un país desarrollado siempre tiene como efectos secundarios la pérdida de los derechos de los más débiles, la infancia y las mujeres entre otros. Y …
