Mientras toda Europa se ve sometida a la picaresca de las multinacionales farmacéuticas, en el sur además contamos “con los listos de siempre” que creen que su vida es más importante que la del resto de mortales. Con indignación contenida asistimos al espectáculo -digno de Berlanga- de ver a generales, obispos, alcaldes y consejeros saltándose protocolos y el mínimo sentido común para ‘colarse’ y vacunarse los primeros.

