Actualidad y realidad cada vez caminan más separadas. Tras este infortunado divorcio, el mundo es un reino de paradojas en el que la realidad se escamotea entre los pliegues del lujoso telón de vanidades que se alza, día sí y día también, ante el adormilado cliente en que ha mudado el, antaño, ciudadano, paciente y pasivo espectador del vodevil de la insensatez en que se ha convertido la política occidental tras la caída del telón de acero. Y España, en esto de la insensatez, gana por goleada. Desde lo más lejano a lo más próximo, desde USA hasta el gobierno …
