Las administraciones públicas aragonesas, y las españolas y europeas también, nos obligan a realizar numerosas gestiones en sus oficinas para nuestra vida diaria. Pero les molesta que vayamos, obligadas, a sus oficinas para realizar dichas gestiones, y han convertido las “citas previas” en un muro para aislarse de la ciudadanía. La administración pública tiene la obligación de facilitar las herramientas necesarias, digitales o mecánicas, para el cumplimiento de sus imposiciones burocráticas.
