Las fuertes lluvias de los últimos días han vuelto a destapar que en Aragón existen algunos ‘puntos negros’: algunas carreteras, tramos ferroviarios, accesos a poblaciones, túneles y otras infraestructuras básicas, que cuando la lluvia, el viento, el calor o el granizo aprietan un poco o un mucho, presentan graves afecciones que se repiten en los mismos puntos una y otra vez. Entonces ¿está Aragón preparado para las consecuencias del cambio climático? ¿es hora de afrontar con seriedad el debate sobre el decrecimiento?

