Los hechos se produjeron en los cotos de caza de Tudela y Cintrúenigo (Nafarroa) en 2012, donde murieron 138 aves rapaces y cuatro cuervos por ingerir cebos envenenados. Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF ejercen la acusación particular en este procedimiento y confían en que se emita una sentencia firme que sirva como ejemplo de las consecuencias legales del uso de veneno.