El debate entre los cuatro candidatos a la presidencia del gobierno del Estado español resultó aburrido y falto de espontaneidad. Una sucesión de monólogos en el que Sánchez y Rivera atacaron de manera continuada a Rajoy e Iglesias. Economía y empleo, políticas sociales, regeneración democrática, política exterior y pactos postelectorales fueron los temas sobre los que se sostuvo el debate
