Entierran en Alcañiz a Joaquín Sancho Margelí, antifranquista asesinado por la Guardia Civil en 1947, tras ser identificado genéticamente por la ARMH

78 años después la familia de Joaquín Sancho Margelí ha podido enterrar por fin sus restos, exhumados de una fosa común en Caspe el pasado mes de abril por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Fue asesinado en la madrugada del 12 al 13 de agosto de 1947 por colaborar con la guerrilla antifranquista.

Familiares portan los restos del Joaquín Sancho Margelí durante el acto de inhumación en Alcañiz | Foto: ARMH

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha entregado este miércoles los restos identificados genéticamente de Joaquín Sancho Margelí a sus hijas, Josefina y María Pilar, en el cementerio municipal de Alcañiz. Al sencillo acto han asistido familiares de la víctima y personas voluntarias de la ARMH que participaron en las labores de exhumación. La inhumación llega 78 años después de su asesinato.

Joaquín Sancho Margelí —natural del municipio bajoaragonés de La Codoñera— fue asesinado por la Guardia Civil junto a otros tres compañeros en la noche del 12 al 13 de agosto de 1947, a pocos kilómetros de Alcañiz. Sus restos y los de Elías Mohíno Berzosa, también ejecutado en la misma fecha, fueron exhumados por la ARMH el pasado 23 de abril en el cementerio municipal de Caspe, tras semanas de retrasos por la falta de permisos de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón —el mismo que derogó la Ley de Memoria Democrática— y del Ayuntamiento de Caspe, ambos gobernados por el Partido Popular. Los restos de ambas víctimas han sido identificados mediante análisis genético.

78 años después, los restos de Joaquín Sancho Margelí han vuelto con su familia | Foto: ARMH

En 1947, Manuel Pizarro Cenjor fue nombrado gobernador civil de Teruel. Bajo su mandato se desplegó una brutal represión para desarticular las redes de apoyo a la guerrilla antifranquista, especialmente la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).

Sancho Margelí, chófer de un camión maderero, fue acusado de colaborar con la guerrilla aprovechando sus desplazamientos por la zona de la Masía Mataví, considerada un punto de apoyo de la resistencia. Según los informes policiales, facilitaba ropa, medicamentos y enseres, y su casa servía de refugio para guerrilleros que bajaban del monte o llegaban desde València.

El 26 de julio de 1947 fue detenido Elías Mohíno Berzosa. Días después, el 30 de julio, la Guardia Civil arrestó a Joaquín Sancho Margelí y a José María Martín Comas, que logró escapar y fue capturado el 2 de agosto. Según el “Expediente del Gobierno Civil de la provincia de Teruel (1947)”, firmado entre otros por el propio Pizarro Cenjor, el 12 de agosto se organizó una emboscada en el término municipal de Caspe. La Guardia Civil aseguró que los detenidos señalaron el punto donde supuestamente pasaría una partida guerrillera.

De acuerdo con el relato oficial, en la madrugada del 13 de agosto, al llegar al kilómetro 24 de la carretera Alcañiz-Caspe, los prisioneros “intentaron huir” y fueron abatidos en aplicación de la Ley de Fugas. Posteriormente se dio aviso al juzgado para el levantamiento de los cuerpos, que fueron enterrados en una fosa común del cementerio de Caspe.

El expediente también señala que la información que condujo a la detención de Sancho Margelí y sus compañeros fue proporcionada por un conocido falangista de Alcañiz, propuesto después por el gobernador civil para recibir una recompensa por su colaboración.

Joaquín Sancho, a la derecha de la fotografía, y Elías Mohino.

78 años después, la familia de Joaquín Sancho Margelí ha podido despedirlo con nombre y dignidad. La ARMH reivindica con este nuevo caso el derecho de las familias a recuperar a sus seres queridos y recuerda que todavía quedan miles de personas desaparecidas en las cunetas de Aragón y del Estado español. “Nos dijeron que era mejor olvidar pero no hicimos caso”, subrayan desde la asociación.

Este acto coincide además con el 25 aniversario de la primera exhumación llevada a cabo por la ARMH, en octubre de 2000, que rompió décadas de silencio sobre las fosas del franquismo y abrió el camino a un movimiento ciudadano por la memoria, la justicia y la reparación.

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