El cambio climático podría acabar en 2080 con la mitad de las especies de las regiones naturales más ricas del planeta

Hasta la mitad de las especies de plantas y animales en las áreas naturales más ricas del mundo, como el Amazonas o las Galápagos, podrían enfrentarse a una extinción local hacia final de siglo debido al cambio climático si las emisiones de carbono continúan creciendo a un ritmo desenfrenado. Incluso si se consigue el objetivo de no superar los 2°C del Acuerdo de París, estos lugares podrían perder el 25% de sus especies, según un nuevo estudio realizado por la Universidad de Anglia del Este, la Universidad James Cook y WWF.

Foto: Brent Stirton (WWF) ©

WWF lanza un estudio que analiza el impacto del cambio climático en unas 80.000 especies de plantas y animales de 35 ecorregiones, las áreas naturales del planeta con mayor biodiversidad y en las que WWF centra sus esfuerzos de conservación. El informe explora varios escenarios futuros de cambio climático, desde un escenario sin disminución de emisiones donde la temperatura media global aumente 4,5°C (respecto a la época preindustrial) hasta un aumento de 2°C, el límite máximo de incremento de temperatura fijado en el Acuerdo de París. Cada área fue seleccionada por su singularidad y la diversidad de especies de flora y fauna que allí se encuentran.

El informe señala que la sabana arbolada de Miombo, hogar de los perros salvajes africanos, el suroeste de Australia y el Amazonas son algunas de las áreas más afectadas. Si hubiera un aumento global de la temperatura media de 4,5°C, se prevé que el clima en estas áreas sería inapropiado para muchos de los animales y plantas que viven allí en la actualidad. El área mediterránea es especialmente vulnerable. Las temperaturas medias más elevadas junto a la disminución significativa de precipitaciones, tendrán un efecto demoledor: con un aumento de 2°C, el 30% de las especies de plantas y animales estarían en peligro. Con un aumento de 4,5°C, la mitad de la biodiversidad de la región podría desaparecer. En los últimos 50 años, la temperatura media de la región mediterránea ha aumentado 0,6°.

Para hacer frente al cambio climático, las especies necesitan moverse libremente a nuevas localizaciones. Con un territorio conectado, el riesgo de extinción local disminuye del 25% al 20% con un aumento de 2°C en la temperatura media global. Si las especies no pueden moverse, no serán capaces de sobrevivir. La mayoría de las plantas, anfibios y reptiles, como las orquídeas, las ranas y los lagartos no pueden moverse lo suficientemente rápido para adaptarse a los cambios en el clima.

La investigadora principal del estudio, la profesora Rachel Warren del Centro Tyndall de Investigación para el Cambio Climático en la Universidad de Anglia del Este, declaró: “Nuestra investigación cuantifica la necesidad de limitar el calentamiento global hasta 2°C para las especies en 35 de las áreas naturales más ricas del mundo. Hemos estudiado 80.000 especies de plantas, mamíferos, aves, reptiles y anfibios y hemos descubierto que el 50% de las especies podrían desaparecer de estas áreas sin una política climática. Sin embargo, si el calentamiento global se limita a 2°C sobre los niveles preindustriales, se podría reducir el porcentaje al 25%”.

Principalmente, el informe muestra que la mejor manera de proteger la pérdida de especies es mantener el aumento de la temperatura global tan bajo como sea posible. El Acuerdo de París se compromete a reducir el nivel de calentamiento global previsto en 4,5°C a unos 3°C, lo que reduce los impactos, pero se aprecian mayores mejoras con una limitación de 2°C; y es muy probable que limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C protegería más aún la vida salvaje.

"Es inevitable que el cambio climático afecte a la biodiversidad en todo el planeta a lo largo de este siglo, pero su efecto será mayor cuanto más aumente la temperatura. Por ello, lo más importante es dejar de quemar combustibles fósiles, acelerar la transición energética y adoptar medidas de adaptación. Una de las principales es establecer corredores ecológicos para permitir la movilidad de las especies que van a necesitar desplazarse a zonas climáticamente más favorables", afirman desde WWF.

Según la organización ecologistas, este es el motivo por el que el 24 de marzo, millones de personas de todo el mundo se unirán en La Hora del Planeta para mostrar su compromiso con la protección de la biodiversidad y formar parte de las conversaciones y soluciones para crear un futuro y un planeta más sano y sostenible para todas las personas. "Este movimiento mundial une también a miles de empresas y gobiernos con la esperanza de que aceleren las medidas para evitar los peores efectos del cambio climático y la perdida de biodiversidad", concluyen.

[alaya_toggle status="open" title="Datos relevantes del estudio:"]

• Hasta el 90% de los anfibios, el 86% de las aves y el 80% de los mamíferos podrían extinguirse localmente en la sabana arbolada de Miombo, en el África meridional.

• El Amazonas podría perder el 69% de sus especies de plantas.

• En el suroeste de Australia, el 89% de los anfibios podrían extinguirse a nivel local.

• El 60% de las especies están en peligro de extinción local en Madagascar.

• El Fynbos, la formación vegetal más extendida en la región del Cabo en Sudáfrica, zona que está experimentando una sequía que ha llevado a cortar el agua en Ciudad del Cabo, podría enfrentar extinciones a nivel local en un tercio de sus especies, muchas de las cuales son únicas en esa región.

• Orangutanes. Tienen un estilo de vida solitario que les permite moverse y superar la reducida disponibilidad de comida provocada por el cambio climático. Sin embargo, las hembras están estrictamente ligadas a sus territorios, lo que puede impedir que se trasladen y ponerlas en riesgo por la reducción de hábitats de bosques disponibles debido a la deforestación, al cambio climático y a otras presiones humanas.

• Leopardos de las nieves. Ya viven bajo condiciones extremas con muy poco margen para cambios, lo que les hace particularmente sensibles a los cambios en el clima. Su hábitat se reducirá en un 20% debido al cambio climático y los enfrentará de manera directa con el leopardo común por la comida y el territorio, lo que llevará a un mayor declive.

• Tigres. Viven en paisajes muy fragmentados y sufrirán un gran impacto por la pérdida de hábitat provocado por el cambio climático. Por ejemplo, el aumento del nivel del mar previsto sumergirá el 96% del hábitat de cría y reproducción de los tigres Sundarbans, y los tigres Amur es probable que no resistan hasta el siglo siguiente si el tamaño y la calidad de su hábitat se reduce.

• Osos polares. Están entre los animales más sensibles al cambio climático ya que dependen del hielo para vivir y alimentarse. Los jóvenes osos polares que no tienen tanta práctica como cazadores se ven particularmente afectados por las reducciones de comida debido al descenso de hielo. Los osos polares ya sufren declives en algunas áreas -por ejemplo, la población en la bahía Hudson se ha reducido ya en un 22% - y se prevé un brusco descenso para finales del siglo XXI debido al cambio climático.

• Tortugas marinas. Son muy sensibles al calentamiento global. Mientras que se sabe que los adultos se mueven para evitar las aguas más cálidas, un clima cambiante tendrá mayores impactos en sus crías. Las tortugas son una de las especies cuyo sexo viene determinado por la temperatura. Temperaturas más elevadas provocan el nacimiento de más hembras y resulta en un peligroso sesgo de género. Además, el incremento de las inundaciones puede incrementar la mortalidad de los huevos y la arena más cálida puede producir crías más pequeñas y débiles.

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