La llegada al final del Ebro nos deja el último río desecado a causa de una gestión deficiente. El río Siurana desaparece tras el trasvase que abastece la ciudad de Reus y los regadios de esa zona. El final del Ebro parece recoger los defectos de todo su trazado. La vida del Delta depende de la vida que transporta el Ebro en estos hermosos paisajes que van a hacer posible la agricultura del Montsia y la pesca en la amplia zona de la desembocadura del río que le da nombre a la península.
