Creo que somos muy imaginativos los ciudadanos de Iberia. Una cualidad enriquecedora habitualmente pero ahora mismo muy poco eficaz colectivamente, lo digo por la diversidad de opiniones diferentes que atesoramos, que directamente nos hace tener 46 millones de maneras diferentes de arreglar esta maldita enfermedad, "el puto virus" como lo llamaba ayer Pepe, un amigo médico, mientras le pedía que pasara a saludar, si tenía un momento, a un familiar ingresado en el hospital en el que trabaja. Y ahora no es la imaginación sino la ciencia, la medicina la que tiene que actuar y decidir. Indudablemente no occidente sino …