El pacto finalmente será menos ambicioso de lo que la Unión Europea aspiraba, pero permitirá una relación comercial sin cuotas ni tarifas a condición de que Londres asuma reglas igualitarias en materia de competencia y otras salvaguardas. El pacto, sin embargo, no es de aplicación automática sobre el territorio de Gibraltar, cuya relación respecto al bloque se negocia en paralelo.
