El reportero, que estaba cubriendo la crisis de personas refugiadas, ha sido acusado de "espionaje" por las autoridades polacas. Pablo González reivindica su inocencia. Su familia y defensa niegan la acusación: "Es absurda". Las voces que exigen su libertad se multiplican y denuncian el "vergonzoso silencio" mediático y de las instituciones. Amistades del periodista han abierto la cuenta de Twitter #FreePabloGonzález para informar y denunciar su caso "hasta que esté de vuelta en Euskadi".
