Nuestra experiencia personal y familiar es el reflejo del sufrimiento del Pueblo palestino". Su caso no es único, subrayó Bassem Tamimi en una entrevista concedida a AraInfo minutos antes de la charla que realizó el pasado domingo junto a Nariman en la Casa Palestina de Aragón, en Zaragoza. Todo ello dentro de la intensa gira que les ha llevado a diversas ciudades europeas, además de al Congreso español e incluso a ser recibidos por el Real Madrid.
“Somos como cualquier familia palestina que vive bajo la ocupación, aunque puede que nuestra historia haya llegado a representar de alguna forma la resistencia palestina. Como familia nos ha tocado una parte del sufrimiento y de la resistencia del conjunto de la población palestina”, incidía Bassem.
"Los pueblos libres no tienen que quedarse callados"
Ahed no pudo estar en Zaragoza a causa del agotamiento físico y mental de la gira. Su familia llegaba desde Madrid a la capital aragonesa a las 10.30 horas del domingo. Tras la charla volvía a Madrid para acudir por la tarde a otro acto en Valladolid. Al día siguiente ponían rumbo a Túnez donde fueron recibidos por el presidente Beji Caid Essebsi. Pero, a pesar de la ausencia de Ahed, Bassem y Nariman consiguieron su objetivo, transmitir el mensaje del Pueblo palestino ante las personas que llenaron la Casa Palestina. Además, con estos actos pretenden “crear una opinión pública contra la ocupación que, de alguna manera, apoye la lucha”.
Bassen y Nariman se mostraron “muy alegres” de estar en Zaragoza y lanzaron un guiño a las personas asistentes que escuchaba con atención: “Vemos a través de sus ojos la alegría de tener la esperanza de tender un puente para cruzar a ese futuro mejor para todos y todas”.
En este sentido, afirmaron que “somos socios de la lucha por la justicia y la igualdad en el mundo, porque el enemigo de la justicia y la desigualdad es único y es el mismo enemigo para todos. Israel no es solo el enemigo del Pueblo palestino. Israel ejerce un papel funcional en la región, es el protector de toda la industria armamentística, de toda política de expansión y explotación imperialista en la zona. Por eso el Pueblo palestino está en la vanguardia de la lucha contra la injusticia colonialista israelí y sufre esa injusticia ante su existencia”.
“Creemos en el papel de los Pueblos libres, factor principal para el cambio. Los pueblos libres no tienen que quedarse callados, su obligación es apoyar a la causa palestina porque sufrimos las políticas de los países occidentales en Oriente Medio. Todo es fruto de las políticas internacionales”, denunció Bassem.
"La ocupación significa no poder planear ni para el día de mañana"
Preguntado por el día a día en los territorios ocupados, Bassem reconoció que la situación es muy compleja en todos los sentidos. “La ocupación no es solo una palabra. La ocupación significa no poder planear ni para el día de mañana. Todos los días te toca algún tipo de sufrimiento. Dando un ejemplo, me despierto cada mañana y veo los asentamientos ilegales que están en nuestra tierra, eso hace mucho daño. Si suena mi teléfono me asusto, porque siempre esperas malas noticias, como que ha sido asesinado algún miembro de la familia”.
Bassem sabe perfectamente de lo que habla, tenía solo 40 días de edad en el momento de la ocupación israelí de Cisjordania en junio de 1967, durante la Guerra de los Seis Días. Pertenece a la generación de la primera Intifada. Ha estado nueve veces en la cárcel, “han hecho conmigo de todo, torturas, he sufrido parálisis parcial”. En los últimos ocho años ha perdido a cuatro familiares asesinados por el Ejército israelí. La última vez que salió de prisión fue el mismo día que asesinaron a su hermana delante de su sobrino de 12 años. En el juicio el niño fue detenido. “Como sé cómo se sufre en las detenciones, cuando cogen presa a mi mujer o a mi hija, sufro más porque sé cómo los tratan y cabe la posibilidad de que sean asesinadas como pasó con mi hermana”. En la actualidad, su hijo se encuentra encarcelado. Toda una vida de opresión, pero también de resistencia.
6.700 presas y presos políticos palestinos
Israel ha detenido a 1.928 palestinos y palestinas desde el comienzo de 2018, según los datos de la Sociedad Palestina de Prisioneros. 369 de ellos son menores y 36 mujeres. El total de presas y presos políticos palestinos asciende a 6.700, más de 350 son menores y 80 son mujeres. Docenas de presos y presas sufren enfermedades crónicas. Además, del total de prisioneras y prisioneros políticos, 500 han sido detenidos administrativamente, lo que permite encarcelar a “sospechosos” sin juicio ni cargos por periodos de seis meses prorrogables.
Desde el inicio de la ocupación “las cárceles israelíes nunca han estado vacías de luchadores y luchadoras palestinas. Cientos de miles de palestinos y palestinas han conocido las cárceles israelíes”, explica Bassem. Sin embargo, para él la cuestión “no es dar solo cifras y estadísticas, cada preso y presa es un mundo, tiene a su familia y sus seres queridos, cada preso tiene una historia. No solo se encarcela al preso o la presa, también se encarcela a sus familias”.
Limpieza étnica
La familia Tamimi vive en Nabi Salih. Esta aldea palestina de 500 personas, pertenece a la zona C, una de las tres zonas en la que los territorios palestinos quedaron divididos tras los acuerdos de Oslo en 1993. La zona C representa el 60% de todo el territorio palestino. “En esta zona, la Autoridad Palestina no tiene ninguna autoridad, ni política ni administrativa ni de seguridad. En esta zona, Israel intenta desalojarnos. Las colonias israelíes que están alrededor de Nabi Salih han ocupado la mayor parte de la aldea”.
Bassem también apunta que Nabi Salih tiene la tasa más alta de mártires, 24 desde 1967, año de la ocupación de Cisjordania, y la tasa más alta de personas deportadas. También tiene la tasa más alta de jóvenes con estudios superiores. “En esta aldea nos hemos reunido todas las representaciones de las facciones políticas palestinas para intentar dar respuesta al sufrimiento del Pueblo palestino e intentar renovar la forma de lucha. Israel siempre intenta mezclar nuestra legítima lucha con el terrorismo internacional. Sabemos que la lucha no es el objetivo, es solo un camino para poder llegar al objetivo: la libertad y la independencia total de nuestro país”, apunta Bassem.
La mayoría de los y las jóvenes de Nabi Salih han pasado por las cárceles israelíes. El promedio de las condenas de los tribunales israelíes en la aldea es de seis meses. Sobre esta estadística, Bassem expone que la aldea ha perdido 200 años de su historia y todo esto con sus consecuencias sociales y familiares. “Hemos pagado más de 1500€ por cada caso para defenderlos ante los tribunales. Hay más de 400 casos de heridos, el 40% son niños y niñas. Hay 30 casos de invalidez parcial. El 13% de las casas de la aldea están amenazadas con destrucción total por los asentamientos, una de ellas es mi casa”. Para la familia Tamimi, todo esto es parte de la política de limpieza étnica que ejerce Israel de forma intencionada.
"La política israelí se basa en meter más miedo a la mujer"
“La mujer palestina constituye la mitad de la sociedad y le corresponde educar a la otra mitad, por eso las mujeres sufrimos el doble”, explicó Nariman Tamimi para añadir que “la ocupación israelí siempre hace sufrir y humillar y trata con más violencia a la mujer que al hombre. Por eso la política israelí se basa en meter más miedo a la mujer, para intentar que no podamos estar a la altura de nuestro papel y poder enfrentarnos a la ocupación”.
Según relató Nariman, la mujer palestina “siempre ha estado en todas las fases de la lucha, en la lucha armada y en la lucha pacífica, y además somos mujeres, hermanas e hijas, por eso estamos en todos los campos. La mujer educa a sus hijos e hijas en ausencia del marido asesinado o encarcelado y eso aumenta aún más nuestra responsabilidad”.
"El sentimiento humano nos da ánimo para seguir luchando"
Sin embargo, Nariman prefiere hablar de lo que se puede hacer en el futuro y no del sufrimiento vivido, “porque todo el sufrimiento está en internet, registrado y grabado” al alcance de cualquier persona.
“El sufrimiento lo sentimos en cada momento. Somos 14 millones de palestinos y palestinas, siete dentro y siete dispersados por el mundo, y cada uno tiene su historia de sufrimiento. El sentimiento humano que poseemos es el que todavía nos da ánimo para seguir luchando. Teníamos dos opciones, llorar por el sufrimiento que ejerce la ocupación, o resistir y luchar. Elegimos resistir y luchar”, apostilló Bassem.
Precisamente sobre el futuro, Bassem criticó que “el mundo entero ha visto que el Pueblo palestino ha sacrificado el 78% de la Tierra histórica de Palestina para llegar a la solución de los dos estados, teniendo ahora un estado de poco más del 20% de la Palestina histórica. El mundo entero ha visto que esta solución se ha ahogado y se ha muerto por culpa de las políticas sionistas en Palestina”.
Para Bassem, habría que “revisar toda nuestra estrategia, y a través de la resistencia popular intentar transmitir al mundo que ahora la solución de dos estados ya no es viable. La única solución es un estado para todos y todas las que vivimos allí y que la gente opine y pueda elegir libremente a sus representantes”.
Hacer temblar los cimientos del Estado israelí
Nariman también habla de “víctimas israelíes”. “Vamos a intentar defender al Pueblo palestino y al mismo tiempo a las víctimas israelíes que han sido engañadas por el sionismo que las ha traído a un país que no es el suyo. Como madre veo como una víctima a este soldado israelí de 18 años que está en los checkpoints”.
Para apoyar la causa palestina, Nariman pone sobre la mesa varios pasos “que podemos dar para empezar”. En primer lugar, “el boicot a Israel, político, económico y social”. En segundo lugar, “pedir al Pueblo español que ejerza más presión sobre el Gobierno para que reconozca el restablecimiento del Estado palestino”.
En este sentido, manifiesta que el caluroso y masivo recibimiento que ha recibido Ahed y su familia “del Pueblo español” es “el que hace temblar los cimientos del Estado israelí”.
“La clase obrera cuando en el pasado sintió la explotación y la opresión de las fuerzas capitalistas se unió para cambiar el rumbo de la historia. Yo veo en sus ojos la intención de resistir y luchar ahora”, concluyó Nariman.
“El Pueblo palestino no necesita compasión, necesita apoyo"
Bassem no duda en reconocer que ha aprendido mucho de su hija. Para cerrar el acto, contó que en las charlas que ofrecen ven muchas lágrimas en los ojos de las personas asistentes. Así, recordó una anécdota de un viaje de su hija Ahed a Sudáfrica. Ahed agradeció al público las lágrimas pero afirmó que “nos sobran por los gases lacrimógenos que nos echa el Ejército israelí”.
“Nuestra dignidad nacional y la de nuestro Pueblo no nos permiten aceptar lágrimas de piedad, porque no solo somos víctimas, somos luchadores por la libertad y la independencia de nuestro país”, sostiene Bassem, que recuerda que “la ocupación israelí no entiende otro lenguaje que el de la resistencia”.
“El Pueblo palestino no necesita compasión, necesita apoyo. Ahed quiere decir compromiso. El compromiso de continuar nuestra lucha después de 70 años para lograr nuestro país, Palestina”, concluyó.