Hacia una nueva movilidad

La movilidad urbana y metropolitana de Zaragoza tal y como la conocemos requiere de una revisión profunda y consensuada. Nuestras necesidades en este campo evolucionan tan rápido que es difícil, pero no ha de ser imposible, que nuestras instituciones sean capaces de dar respuestas que articulen nuevas formas colaborativas, participativas y que, con la sostenibilidad como bandera, hagan de la movilidad una solución y no un problema, conectando y haciendo converger a todas las modalidades de transporte mediante la intermodalidad; incluyendo y potenciando al máximo los trayectos peatonales; buscando la Zaragoza de los 10 minutos. Por ello, el debate sobre …

La movilidad urbana y metropolitana de Zaragoza tal y como la conocemos requiere de una revisión profunda y consensuada. Nuestras necesidades en este campo evolucionan tan rápido que es difícil, pero no ha de ser imposible, que nuestras instituciones sean capaces de dar respuestas que articulen nuevas formas colaborativas, participativas y que, con la sostenibilidad como bandera, hagan de la movilidad una solución y no un problema, conectando y haciendo converger a todas las modalidades de transporte mediante la intermodalidad; incluyendo y potenciando al máximo los trayectos peatonales; buscando la Zaragoza de los 10 minutos.

Por ello, el debate sobre la movilidad presente y futura en nuestra ciudad necesita una nueva dirección, debemos apostar por una nueva movilidad con una visión de 360º. En este sentido, hemos de ser conscientes de que las nuevas políticas encaminadas a una transición climática han de condicionar nuestras decisiones y más aún en este terreno. La anunciada Ley del Cambio Climático tiene como uno de sus puntos fuertes la drástica reducción de los trayectos privados favoreciendo el transporte público y fomentando la movilidad sostenible consiguiendo, también, un efecto beneficioso para nuestra atmósfera y para nuestra salud personal y colectiva. El reto para las mujeres y hombres de CHA Zaragoza es conseguir no solo ser una gran ciudad, sino una ciudad mejor.

Porque Zaragoza ha evolucionado. Hoy en día es una capital policéntrica pero, sin embargo, arrastra prácticamente las mismas líneas de bus que ya existían en el siglo pasado y que, en algún caso, son la herencia de los primeros tranvías, conservando así trazados desfasados que no ofrecen las respuestas necesarias. Esta situación hace poco atractivo al transporte público y que no sea eficiente ni medioambiental ni económicamente. Por estos motivos, se hace imprescindible la redacción de un nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible que evalúe y analice nuestra situación actual. A este respecto, es indispensable conocer cuáles son los usos habituales de las personas usuarias para planificar mejor los servicios. En Zaragoza y su área metropolitana son miles las personas que cada día realizan transbordos, alternando en ocasiones diferentes medios para llegar a su destino. Ése es un problema que hemos de abordar, puesto que con las soluciones adecuadas no solo haremos más atractivo el servicio sino que, además, haremos más sostenible el transporte público.

Necesitamos de igual modo trazar las siguientes líneas del tranvía, un medio que acaba de cumplir 10 años y cuyo éxito está sobradamente acreditado a nivel local e internacional. Necesitamos una planificación y una gestión coordinada que haga que el bus, el tranvía, el taxi, el cercanías, los vehículos de movilidad personal así como los trayectos peatonales, se integren y funcionen de forma conectada al servicio de las personas, abordando así el reto de la intermodalidad. La recuperación de espacios para el peatón ha de seguir siendo una prioridad en las políticas públicas, y esa necesidad ha de ser cubierta mediante un plan ambicioso de recuperación de la escena urbana en todos los distritos de la ciudad mediante la implantación de supermanzanas, pero en todos y cada uno de nuestros distritos. Pese a la extensión de la capital aragonesa y a sus múltiples polos de actividad, debemos y podemos marcarnos el reto de la Zaragoza de los 10 minutos, en la que, aunando las distintas movilidades de transporte colectivo, seamos capaces de favorecer al máximo los trayectos peatonales.

En este sentido, hemos de organizar mejor la circulación de los vehículos de movilidad personal, como bicicletas o patinetes. Su auge no está siendo acompañado de una mejor infraestructura municipal que proteja a sus usuarios así como al peatón. Y mientras, el Plan Director de la Bicicleta, que gozó de consenso y que tiene un horizonte hasta 2025, espera su turno en algún cajón del consistorio. El Departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón, consciente de la importancia de este medio, está poniendo en marcha a su vez una ambiciosa Estrategia Aragonesa de la Bicicleta, en la que se recogen los retos de la movilidad personal, el ocio y algo fundamental, la movilidad sostenible en materia de logística. Porque el reto de la ciudad de Zaragoza está también en generar rutas de reparto más sostenibles, rápidas y descarbonizadas. Acciones que serán muy positivas para el área metropolitana de Zaragoza, en tanto en cuanto el Ayuntamiento haga sus deberes y refuerce su apuesta por este medio.

Los retos, por tanto, son muchos y las soluciones a nivel local son escasas. La gestión del transporte en Zaragoza tiene una dirección continuista sin capacidad de asumir cambios en el actual modelo que puedan suponer notables mejoras. La nueva movilidad ha venido para quedarse, no solo porque lo marque una Ley, sino porque nuestra sociedad en muchas ocasiones va varios pasos por delante de nuestras instituciones ¿Será capaz el Ayuntamiento de Zaragoza de afrontar los nuevos retos? El movimiento ya no solo se demuestra andando.

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