Zaragoza se concentra en apoyo a las jornaleras de la fresa de Huelva

La mayoría de las jornaleras de la fresa son mujeres casadas o divorciadas y madres de menores de 14 años, así el Estado español se asegura de que van a volver a Marruecos. Estas trabajadoras que viven en semicautiverio denuncian las pésimas condiciones de vida, las agresiones sexuales y la impunidad de los empresarios.

En Huelva hay 700 hectáreas dedicadas a la agricultura intensiva, principalmente de frutos rojos. Una agricultura intensiva e insostenible ecológicamente que produce el 95% de la producción de fresa del Estado.

Desde los años 90, la principal mano de obra ha sido migrante, ante el rechazo de la población autóctona a trabajar en el campo. En el año 2000, comenzó la contratación colectiva en otros estados (sólo para el tiempo que dura la campaña), pudiéndose contratar sólo los puestos que no cubran las personas nacidas en el Estado español.

A partir de 2006, las contratadas ha sido principalmente marroquíes. Según han trasladado la Plataforma 12N Zaragoza, solo pueden ser mujeres, “así lo piden los empresarios con el beneplácito de la administración pública, justificándose en que son más ‘delicadas’ para la recogida del fruto rojo, menos problemáticas, más sumisas, mucho más dóciles”. Otros de los requisitos es que sean casadas, viudas o divorciadas y madres de menores de 14 años en su territorio de origen, “para asegurarse de que vuelvan”, asegura la plataforma. Todos los requisitos son legales, así lo piden los empresarios de la fresa y así lo negocia el Estado español con el país de origen.

Además de estos requisitos machistas y racistas, las condiciones de vida de estas jornaleras rayan la exclavitud ya que se encuentran en semi cautiverio en esas empresas: “el SAT ha denunciado que debido a la situación geográfica de las fincas las inspecciones de trabajo nunca llegan allí”.

Los hechos probados de la sentencia 143/2014 de la AP de Huelva, relatan que las trabajadoras efectuaban jornadas de diez horas, no respetándose el tiempo mínimo para la comida o sin tener días libres ni paga por horas extraordinarias. No les permitían beber agua ni abandonar el puesto de trabajo, y las insultaban de forma constante: "Putas, os vamos a mandar a Marruecos, cojones, que en vuestro país estáis muertas de hambre", "hijas de puta, tontas, inútiles".

Si denuncian las devuelven a Marruecos

La Plataforma 12N Zaragoza, subrayan que los empresarios y capataces “las sometían en la jornada laboral a una vigilancia estrecha hasta el punto de obligarlas a hacer sus necesidades en el mismo campo, impidiendo que se relacionasen con trabajadores de otras fincas o que abandonaran la misma si no eran acompañadas, haciendo uso de la fuerza física y solicitando favores sexuales para garantizar la continuidad del trabajo”.

Durante años las mujeres han denunciado abusos: coacciones, amenazas, humillaciones y agresiones sexuales. En las últimas semanas, un grupo de mujeres valientes se atrevió a denunciar los abusos de la empresa Doñana 1998. “Al día siguiente, les metieron en un autobús para devolverlas a su país, de modo que no pudiesen ratificar las denuncias. Por ello, la mayoría de denuncias no prosperan, ya que las mujeres desaparecen: o se ven obligadas a volver,o las devuelven a su país”, explican.

“La comunidad migrante y racializada del Estado español nos hemos visto obligados a movilizarnos porque en consecuencia del sistema racista la explotación brutal que sufren nuestras hermanas en Huelva ha sido silenciada, sin expectación, sin intervención, sin rabia por parte del feminismo blanco” asevera esta plataforma antiracista que añade, “en esta ocasión no hemos sido Manada”.

Utilizando las palabras tan utilizadas durante el 8M, la Plataforma 12N denuncia la inacción del feminismo blanco: “Una vez más no os incluís en la lucha, y una vez más somos nosotras, mientras vosotras nos situáis en la otredad, porque no todos los cuerpos de las mujeres son iguales: duelen o tienen más valor dependiendo de la jerárquica racial en el que se encuentren”.

Asimismo, explica que “no todas las personas tenemos los mismos derechos. Nuestras hermanas no están en vuestra lucha porque sólo las queréis para que trabajen para vosotras perpetuando así el racismo histórico colonial del Estado español” y recuerda que “este ensordecedor silencio, es racismo”.

Una ley de extranjería racista

Por último, esta plataforma antiracista denuncia que las leyes españolas son racistas y recuerda que es este racismo institucional el que deshumaniza y permite “comerciar, saquear y explotar a una persona”.

Por ello, los colectivos zaragozanos de la Plataforma 12N, Anarcofeministas, Trabajadoras del Hogar, MAFIA y Komando Feminista invitan a toda la población, migrante o autóctona, a mostrar su apoyo a estas jornaleras este miércoles 13 de junio a partir de las 19.00 horas en la plaza España de Zaragoza y una vez más, unidas a las voces de los encierros en Catalunya y a la de las últimas concentraciones y manifestaciones antiracistas, exigir al gobierno español la derogación de la Ley de extranjería.

Una ley que para la Platagorma 12N “mantiene en la impunidad el maltrato estatal que se hace sobre nuestros cuerpos. Señalamos y denunciamos a todas las empresas que explotan a nuestras compañeras”.

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