Durante 30 años la Gallliguera, este pequeño valle de Aragón ha vivido en el corredor de la muerte.
Trabajar, crear pequeñas empresas, formar familias, arreglar casas, invertir ahorros, abrir senderos es lo que sus habitantes han hecho mientras luchaban contra el proyecto del pantano de Biscarrués con huelgas de hambre, manifestaciones y también con nabatas, jornadas, ferias, marchas, plantaciones...
Vivir y también morir, mayores y jóvenes que no han podido ver amanecer en una tierra libre. Gracias Mariano, Miguel, Jesúses, Pepe, por vuestra resistencia desde el primer momento.
Crecerán por fin sin miedo a la ruina, todos los chavales y chavalas que llenaron el remolque en la última manifestación en Huesca y que agarraban las telas azules del río por Zaragoza.
"Los que sembraron con lágrimas con regocijo segarán". Este salmo tantas veces leído en Erés el día de su fiesta de san Jorge por fin se hace realidad. Su pueblo no será inundado ni tendrá una escollera de 50 metros hasta el fondo del pantano. ¿Alguien irá disculparseles?
Se respira paz, por fin. Resurrección. La losa del pantano de Biscarrués ha saltado por los aires con la sentencia de la audiencia nacional que lo declara ilegal.
Irónico que los políticos no hayan sabido resolverlo antes... ahora toca ponerse.
Las gentes de la Galliguera con la ayuda de ecologistas, técnicos, algunos políticos han salvado su medio de vida pero también han rescatado de la destrucción un trozo del planeta Tierra.
El río Gállego ya no es todo de regantes e hidroeléctricas... hay un pequeño tramo que ahora es de todos los presentes y futuros. Venid a celebrarlo y disfrutarlo.
¡Larga vida al río Gállego!
