Verdad, justicia y reparación: los restos de Rosario Malón Pueyo vuelven a su casas

Los restos de la joven Rosario Malón Pueyo fueron inhumados este sábado en el cementerio de Pinsoro (Exeya d’os Caballers/Ejea de los Caballeros), donde quedaron enterrados en el mismo nicho junto a los de su hermano Mariano Malón Pueyo, fallecido en 1999 sin haber podido ver cumplido su deseo de recuperar los cuerpos de sus hermanas y sus padres, todos ellos asesinados en 1936

Foto: Javier Ruiz

Este pasado sábado tuvo lugar en el Ayuntamiento de Uncastiello/Uncastillo el acto público de reparación y homenaje a Rosario Malón Pueyo, vecina de la localidad zaragozana asesinada por falangistas el 19 de agosto de 1936 en las Peñas de Santo Domingo. En una emotiva jornada de justicia social con las 144 víctimas del franquismo en Uncastiello, organizado por la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastiello, tuvo lugar la entrega del cadáver de la joven Rosario Malón a su familia.

El homenaje, que congregó a unas 250 personas venidas de la localidad y de todos los rincones de las Cinco Villas, así como de otros muchos puntos de la geografía aragonesa, fue abierto con la lectura de un manifiesto por parte de la presidenta de Charata, Carmen Ríos. Además de los miembros de Charata, se dieron cita numerosos representantes de otras entidades memorialistas como la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO), Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Batallón Cinco Villas, Círculo Republicano Manolín Abad de Uesca, etcétera.

A continuación hubo tres intervenciones institucionales de representantes de las administraciones públicas que han apoyado los trabajos de localización, exhumación e identificación. Intervenieron José Luis Abenia, alcalde de Uncastiello; Salvador Borgoñón en representación de la Comarca de Cinco Villas; y José Ángel Miramón en representación de la Diputación de Zaragoza (DPZ).

Posteriormente, se realizó el acto simbólico de entrega del cadáver de Rosario por parte de Carmen Ríos, presidenta de Charata, y Javier Ruiz, director de la intervención arqueológica, a los tres sobrinos de la víctima: Mariano, Lourdes y Francisco Malón Mendi. Siendo Mariano Malón quien tomó la palabra para conmover a las personas allí presentes al relatar su historia familiar, marcada por los asesinatos a manos de falangistas de su abuela y de sus dos tías en sólo 18 días de agosto de 1936, en un emblemático episodio de la represión fascista que refleja el drama vivido por muchas personas en la comarca zaragozana de las Cinco Villas.

Finalmente, los restos de la joven Rosario Malón Pueyo fueron inhumados en el cementerio de Pinsoro (Exeya d’os Caballers/Ejea de los Caballeros), donde quedaron enterrados en el mismo nicho junto a los de su hermano Mariano Malón Pueyo, fallecido en 1999 sin haber podido ver cumplido su deseo de recuperar los cuerpos de sus hermanas y sus padres, todos ellos asesinados en 1936.

Rosario Malón Pueyo 23

[alaya_toggle status="open" title=""]Manifiesto

Buenos días a tod@s y gracias por vuestra asistencia a este acto.

Creemos que hoy es un día muy importante para la familia Malón (casa Cuatro), para nuestra Asociación Charata y para todos los uncastilleros, pues tras haber transcurrido 82 años, es la primera vez que uno de esos Hijos del Pueblo que fueron asesinados por falangistas y cuyos cadáveres fueron abandonados en una cuneta, en un campo o en el caso de Rosario Malón Pueyo en mitad del monte, vuelve a su casa.

De esos 82 años más de la mitad han pasado en democracia, y de nuevo en este país ha tenido que ser la sociedad civil organizada en Entidades Memorialistas la que impulse este proceso de Recuperación de la Memoria Histórica y de las Víctimas de la represión fascista, que fueron sepultadas bajo un muro de silencio durante la Dictadura y postergadas durante buena parte de la Democracia.

El franquismo impidió mediante la represión y el miedo cualquier señal de duelo público y llevar a cabo dignamente el entierro de sus víctimas. Hubo que esperar a finales de los años 70 y principios de los 80, una vez muerto el dictador, para que muchas fosas fueran abiertas directamente por parte de sus familiares con el apoyo de algunas autoridades locales. Pero poco a poco este proceso de duelo nacional se fue desactivando y fue dejado de lado en pro de la consolidación de la Democracia durante la Transición. Ni los gobernantes, ni una parte de la sociedad parecían interesados en mirar hacia atrás, pasando esta página de la historia sin leerla.

En definitiva, en los años 70, 80 y 90 se echó más tierra sobre las fosas que cobijaban a las víctimas más víctimas de este pasado doloroso y se elaboró el relato de la Guerra Fraticida, la Guerra entre Hermanos, los Bandos, que todos tuvieron la culpa,… obviando que el Golpe de Estado del 18 de Julio de 1936 fue hecho contra un Gobierno legalmente constituido y democrático, a pesar de todos los problemas que arrastraba la Segunda República, que en definitiva eran similares a los que sufrían otras democracias europeas.

Todo comienza a cambiar muy lentamente cuando una nueva generación a comienzo del siglo XXI impugna el relato elaborado durante la Transición, pues con una Democracia ya plenamente consolidada era injusto con las víctimas mantener ese relato. Y esto comienza cuando la sociedad civil organizada en Entidades Memorialistas empieza a rescatar de la tierra a cientos de víctimas y se da voz pública a todas esas pequeñas historias que sólo se hablaban en voz baja entre círculos muy pequeños de familiares afectados.

Desentarrar sus cadáveres de entre la tierra fue la demostración de una manera inequívoca de los crímenes acaecidos y exponer a la luz pública sus maltrechos huesos fue la forma más efectiva de agitar a una sociedad adormecida por décadas de indiferencia buscada por de los gobiernos de España y de denunciar nacional e internacionalmente la existencia aún de miles de mal llamados “fusilados” enterrados en fosas sin identificar.

Tras años de lucha una parte de la clase política y de las administraciones del Estado comenzaron a apoyar esta causa, y en el año 2007 se promulgó por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero una Ley de Memoria Histórica, una ley de mínimos que aunque se quedó lejos de las expectativas creadas y de las demandas planteadas por las Entidades Memorialistas, sin duda supuso un primer hito.

Sin embargo, tras esa ley la lucha ha seguido como bien sabéis, pues aún no se ha articulado realmente una política Estatal de Memoria Histórica. La sombra del Franquismo es aún muy alargada, la de ese franquismo sociológico que aún defiende una parte de la sociedad y de la clase política que los representa, y que se basa en la sencilla expresión de “no revolver” pues todo esto ya se sustanció en la Transisión. Baste recordar las palabras de Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno que se vanagloriaba de no haber dado un solo euro para la Memoria Histórica.

Para que una sociedad sea plenamente libre, democrática y digna resulta imprescindible mirar al pasado bajo los principios memorialistas de verdad, justicia y reparación en actos como el que aquí hoy nos congrega. Esta es la manera de curar las heridas y cicatrices que dejó la Guerra Civil y la Dictadura. Los pasados traumáticos de los paises se solventan mediante el conocimiento de los hechos y no con el olvido.

Para finalizar quiero dar las gracias a las administraciones públicas que nos han apoyado en este proyecto mediante subvenciones, en un ejemplo de Dignidad y Compromiso institucional acorde con las demandas de una sociedad libre, el Ayuntamiento de Uncastillo, la Comarca de las Cinco Villas y la Diputación Provincial de Zaragoza, cuyos representantes hablarán a continuación.[/alaya_toggle]

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