Tareas escolares para el alumnado, ¿sí o no?

Una encuesta realizada por el sindicato CGT de Uesca pone de manifiesto la diferencia de criterio que mantienen por un lado el profesorado, y por otro las familias, a la hora de decidir la importancia de realizar deberes por parte del alumnado fuera del horario escolar

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En los últimos años, la comunidad educativa ha abierto un debate sobre la conveniencia en cuanto a la necesidad de realizar tareas escolares una vez terminado el horario lectivo. Una encuesta realizada por el sindicato CGT de Uesca, pone de manifiesto la diferencia de criterio que mantienen por un lado el profesorado, y por otro las familias, a la hora de decidir la importancia de realizar deberes por parte del alumnado fuera del horario escolar.

"Aunque docentes y familias coinciden en que los deberes tienen como objetivos principales reforzar lo trabajado en el aula y crear hábitos de trabajo, las familias viven una realidad que el profesorado no percibe con tanta claridad", destacan desde CGT Uesca. La seguridad y la autonomía que proporcionan en el alumnado son factores clave que destacan desde el profesorado. Sin embargo para las familias, los deberes "provocan rechazo y aumentan la ansiedad".

Profesorado y familias también coinciden en que los deberes son "obligatorios, repetitivos, individuales y sencillos". No obstante, para las familias las discrepancias a la hora de valor su función son más bien relevantes. Según los datos arrojados por la encuesta, "no ven clara la utilidad de los deberes y los consideran definitivamente aburridos para sus hijos e hijas, hechos que estos corroboran".

Para muchos, los deberes deberían de ser "creativos, pocos, cortos, colaborativos y basados en la búsqueda de información o investigación para reforzar los contenidos". Al mismo tiempo, cada vez existen más familias que piensan que las horas que el alumnado pasa en el colegio son más que suficientes, y no es necesaria la realización de estas tareas cuando llegan a sus casas.

En cuanto al tiempo dedicado para realizar estas tareas escolares, "varía mucho y nos indica la poca uniformidad que existe en esta cuestión". En ocasiones, las dificultades se presentan en el momento en el que las familias tienen que ayudar a sus hijos e hijas con los deberes. "Existe un porcentaje del alumnado que no dispone de ayuda familiar ni profesional", y aunque "este porcentaje es bajo, no debe ser despreciado", afirman desde CGT Uesca.

Los idiomas y las asignaturas bilingües, son las materias que en estos momentos presentan más dificultades a la hora de que las familias presten ayuda a sus hijos e hijas. "Las matemáticas ya no son el hueso de los centros educativos, estas ya han pasado a un segundo plano", reconocen desde CGT.

Además, la uniformidad de las tareas escolares "sin tener en cuenta sus capacidades, intereses o motivaciones" del alumnado, implican que estas se conviertan en "excesivas, aburridas, y aunque útiles, repetitivas y complicadas".

Asimismo, los deberes y tareas más valorados por las personas encuestadas son los siguientes. Para el profesorado, la búsqueda de noticias y debate familiar, la creación de un proyecto, la invención de un texto y su representación en forma de canción, exposición o teatro; la resolución de enigmas o problemas de ingenio, la búsqueda de alternativas a un problema, el visionado de alguna película o documental y la realización de entrevistas, entre otras muchas más tareas, se convierten en las actividades mejor valoradas.

Para las familias, hablar del trabajo de sus padres, la investigación de tradiciones aragonesas, el cálculo mental, hacer una receta de cocina y llevarla a la práctica, las redacciones sobre personajes históricos, los árboles genealógicos familiares, escribir un cómic, elaborar un álbum de fotos para ilustrar el crecimiento, la preparación de exposiciones orales, y buscar y recopilar refranes, entre otras, son las propuestas más originales con las que sus hijos e hijas han llegado a casa en forma de tareas escolares.

Y para el alumnado, las actividades más atractivas para su realización son, el cartel de normas de un parque, un cuadrado mágico, las redacciones del fin de semana, hacer un videoclip, un collage, llevar a cabo un periódico del colegio, hacer una máscara, manifestar por escrito la opinión sobre un tema concreto y la presentación de algún tema a elección propia.

Con todos estos datos, la reflexión sobre tareas escolares del ‘Grupo Pensar la Educación- CGT Uesca’, pone de relieve que "todo es necesario que sea repensado, en Educación especialmente". Y continúan, "Los deberes, tareas, propuestas de trabajo, actividades escolares realizadas fuera del horario lectivo, como queramos denominarlas es un elemento educativo que, aun respetando la libertad de cátedra, precisa de reflexión conjunta".

En este sentido, las actividades fuera del horario escolar generan experiencias más negativas que positivas. Angustia, frustración y desigualdad entre el alumnado son factores determinantes a la hora de su realización.

Por todo ello, desde CGT Uesca se preguntan, ¿se deben suprimir los deberes?. "En nuestra opinión no es necesario prohibir las tareas escolares, basta con intentar eliminar las perversidades que este instrumento genera: frustración, angustia, aburrimiento y desigualdad. Podríamos establecer una serie de características o cualidades, mínimas, a tener en cuenta a la hora de proponer deberes, entendemos que siempre con mesura".

Estas características o cualidades son:

  • La no obligatoriedad. Las tareas podrían enfocarse como propuesta de actividades a realizar con total voluntariedad, intentando fomentar un ritmo personalizado y que responda a los intereses del propio alumnado.
  • La complementariedad con la educación realizada en los periodos lectivos, es decir, deben estar diseñados para reforzar algún contenido específico o ampliarlo. De cualquier forma deberían ser más personalizados, valorando aspectos como la capacidad, intereses, apoyos posibles y formatos.
  • La creatividad buscando el desarrollo mental, la apertura y la experimentación, y no la repetición monótona y el automatismo descontextualizado.
  • La coordinación. La descompensación en las tareas a lo largo de la semana, así como los beneficios de la coordinación entre el profesorado que imparte un mismo curso, hace necesario establecer unos criterios y tiempos para racionalizar y minimizar las perversidades de las tareas educativas fuera del horario escolar.

Los resultados de la encuesta reflejan la necesidad de que estas y otras incógnitas, se pongan encima de la mesa para poder alcanzar un consenso en la que toda la comunidad educativa, profesorado, familias y alumnado, sean partícipes. De esta forma, el modelo educativo resultante pueda ser positivo para todas las partes y de una vez por todas, se deje a un lado la obligación de estar constantemente cambiando de legislación, en materia de educación, según el gobierno de turno.

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